El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador pidió a Estados Unidos «cooperación sí, intervencionismo no» luego de que el mandatario Donald Trump anunciara su propósito de catalogar a los cárteles del narcotráfico que actúan en México como «grupos terroristas».
López Obrador fue interrogado de manera insistente sobre este tema en su conferencia de prensa matutina, pero rechazó caer en polémica por ser víspera del día de acción de gracias, que es, dijo, «una fecha muy especial para los estadounidenses».
«En mi caso no quiero polemizar este día ni mañana, sólo decir cooperación sí, intervencionismo no», señaló antes de mandar un «abrazo al pueblo estadounidense».
A los mexicanos, López Obrador les aseguró que «no hay nada que temer» tras estas declaraciones de Trump hechas el martes en una entrevista y luego de que a principios de noviembre tres mujeres y seis niños de familias mormonas de origen estadounidenses fueron asesinados a balazos en un camino rural del estado de Sonora.
Según autoridades, se habría tratado de un ataque de pistoleros del narcotráfico resultado de una «confusión».
Pero familiares de las víctimas rechazan esta versión y han pedido a Estados Unidos designe a los narcotraficantes como terroristas.
En la entrevista, Trump rechazó detallar qué medidas tomaría contra los narcotraficantes en caso de ser designados como terroristas y advirtió que es un proceso no tan fácil.
Las declaraciones de Trump desataron criticas entre distintos sectores políticos de México, que consideran podrían conducir incluso a una intervención estadounidense.
El martes, el canciller mexicano Marcelo Ebrard rechazó en Twitter cualquier intervención de su vecino del norte.
«México no admitirá nunca acción alguna que signifique violación a su soberanía nacional. Actuaremos con firmeza. Ya he transmitido la postura a EU así como nuestra resolución de hacer frente a la delincuencia organizada transnacional. Respeto mutuo es la base de la cooperación», escribió.
Las relaciones entre ambos países, que comparten una frontera de casi 3,200 km de frontera, han vivido momentos de tensión a lo largo de 2019, sobre todo por un tráfico inédito de migrantes indocumentados, principalmente centroamericanos, hacia Estados Unidos desde México.
Tras amagar con imponer a aranceles a las importaciones mexicanas, México desplegó a miles de militares en sus fronteras para contener la migración irregular.