México, México
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este jueves que irá a la fronteriza Tijuana para «defender la dignidad» del país en momentos en que Estados Unidos amaga con aplicar aranceles si su vecino no detiene la migración ilegal hacia el norte.
López Obrador hará este viaje el sábado, dos días antes de la fecha en que el presidente estadounidense Donald Trump amenazó con imponer aranceles iniciales del 5% a todas las exportaciones mexicanas, a menos de que México actúe para detener el creciente flujo de migrantes centroamericanos hacia la frontera de Estados Unidos.
«Es un acto de unidad para defender la dignidad de México y en favor de la amistad con el pueblo de Estados Unidos», dijo el presidente en su habitual conferencia de prensa matutina y momentos antes de que autoridades mexicanas y estadounidenses retomaran reuniones en Washington para evitar la imposición de los aranceles progresivos hasta un máximo del 25% a a partir del 1 de octubre.
El presidente detalló que al evento en Tijuana invitó a legisladores de todos los partidos, ministros e integrantes del poder judicial así como a dirigentes obreros, empresariales y líderes religiosos.
«Ahí vamos a fijar nuestra postura que, repito, se va a desenvolver, se va a expresar tomando en cuenta que decimos tener una buena vecindad con Estados Unidos, pero al mismo tiempo defendiendo la dignidad de México», dijo.
Pese a ello, reiteró su confianza en alcanzar un acuerdo con Washington que evite la aplicación de los aranceles. «Estoy optimista, se va a llegar a un acuerdo, lo decíamos, lo mejor es el diálogo», dijo.
Todas las opciones
Al ser cuestionado sobre si México piensa aplicar aranceles en represalia si no se alcanza un pacto, López Obrador aseguró que considera «todas las opciones». Aunque aclaró que su disposición es a «conservar, ante todo, la amistad con el pueblo de Estados Unidos», sin detallar cuál sería la posible respuesta en caso de que se impongan las medidas de manera unilateral.
La última vez que México aplicó una medida similar fue en mayo de 2018, cuando el gobierno de Trump impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio de México, Canadá y Europa.
En ese momento, el gobierno mexicano aplicó aranceles en represalia a lámparas, carne de cerdo, manzanas, uvas y arándanos, entre otros productos.
El miércoles, autoridades mexicanas se reunieron con su contraparte estadounidense en Washington aunque no llegaron a un acuerdo y las negociaciones continúan.
Trump dijo entonces en Twitter que hubo avances «pero no lo suficiente», y agregó que «si no se llega a un acuerdo» entrarán en vigor los aranceles.
Por su parte, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, reconoció que su país tiene que tomar medidas para frenar la migración.
«El punto de partida es que ambas partes reconocemos que la situación actual no se puede mantener como está», dijo el funcionario.
En medio de las negociaciones en Washington, México anunció el miércoles que militares y policías detuvieron el avance de una caravana de unos 1.200 centroamericanos.
La migración de centroamericanos va en aumento pese a los operativos de las autoridades mexicanas y las amenazas de Trump, que desde su campaña presidencial en 2016 ha promovido la construcción de un muro fronterizo con México para frenar este fenómeno.
Más de 144.000 migrantes, en su mayoría de Centroamérica, fueron detenidos en mayo en la frontera con México, un 32% más que abril, y el ritmo de llegada de inmigrantes indocumentados, que asciende a 677.000 desde octubre, es el más alto desde 2006, según cifras oficiales estadounidenses divulgadas antes del inicio de las negociaciones.
Calificadoras
López Obrador dijo también este jueves que respeta el trabajo de las calificadoras luego de que, en medio de las tensiones comerciales con Estados Unidos, Fitch degradara la nota del país de BBB+ a BBB y Moody’s cambiara la perspectiva de «estable a negativa».
«Respetamos esa opinión pero seguimos sosteniendo que vamos bien, que va a crecer más la economía, que cuando menos va a crecer al 2% (en 2019) y que en el sexenio vamos a cumplir el compromiso de crecer al 4%», dijo el mandatario.
El presidente también recalcó que la metodología de las calificadoras es de hace más de tres décadas y que no toma en cuenta la variable de la corrupción.
«No vamos a aumentar la deuda pública, tenemos finanzas públicas sanas, está muy bien la recaudación, vamos bien en el ejercicio del presupuesto, no tenemos problema de inflación», dijo.