América Latina y el Caribe superaron los 200,000 muertos por el coronavirus, que ha obligado a las autoridades de Melbourne, la segunda mayor ciudad australiana, a decretar un toque de queda de seis semanas, mientras otros países como España registran rebrotes preocupantes que socavan cualquier expectativa de recuperación económica.
Con un total de 200,212 muertos y 4,919,054 de casos, América Latina y el Caribe se ha convertido en la segunda región más golpeada por la pandemia, solo por detrás de Europa que registra 210,435 muertos y 3,189,322 casos, según un recuento de la AFP con datos oficiales.
Brasil (93,563 muertos) y México (47,472) son los países latinoamericanos más afectados, seguidos de Perú (19,408), Colombia (10,330) y Chile (9,533).
Con una media diaria de 2,610 fallecidos, la cifra de muertos en la región se duplicó en julio.
Y el pico de la curva no parece estar cerca para países como México, que el sábado registró 9,556 nuevos infectados y 764 fallecidos, según cifras de la secretaría de Salud federal.
Estados Unidos, que registró en 24 horas más de 61,000 casos y 1,051 muertos, es el país más golpeado por la pandemia con más de 154,449 fallecidos y más de 4,6 millones de casos.
Sudáfrica, el país del continente africano más afectado por la pandemia, ya tiene medio millón de casos.
Y es que con 685,780 muertos en el mundo y casi 17,9 millones de personas (de ellos 5,557 nuevas muertes y 263,110 infectados solo el sábado), el planeta está lejos de ganarle la batalla al coronavirus.
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Toque de queda en Melbourne
En Australia, que superó relativamente bien la primera ola, con 18,000 casos y 208 muertos, para una población de 25 millones, Melbourne, su segunda ciudad por tamaño, lucha desesperadamente por mantener a raya la epidemia que no remite.
El aumento «inaceptable» de infectados llevó a las autoridades a decretar un toque de queda de seis semanas y a prohibir la celebración de bodas, lo que ni siquiera había ocurrido en el fragor de la crisis.
La mayoría de colegios y universidades en Melbourne volverán a la enseñanza a distancia a partir del miércoles por la noche, pocas semanas después de haber regresado a las aulas, mientras las guarderías y los centros de día cerrarán a partir del jueves. Los ciudadanos podrán salir de casa solo para hacer compras de primera necesidad y para hacer ejercicio un máximo de una hora al día.
«Estas son las decisiones adoptadas porque otra cosa menos estricta no nos mantendrá seguros«, justificó el primer ministro del estado de Victoria, Daniel Andrews.
Túnez, cuya economía depende del turismo y abrió hace más de un mes las fronteras, registró el primer fallecido por coronavirus tras varias semanas sin muertos, aunque con un rebrote de infectados, anunció el domingo el ministerio de Salud.
En el este de Asia, países que habían controlado la epidemia también atraviesan nuevos brotes preocupantes. La isla japonesa de Okinawa declaró el estado de emergencia tras constatar una «propagación explosiva» de nuevos casos, al igual que en Hong Kong.
Sin turistas
Con el hundimiento histórico de la economía mundial, el descalabro del PIB en la zona euro y Estados Unidos en recesión, los efectos de la crisis sanitaria originada por la pandemia pueden ser duraderos, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) el sábado.
Los países europeos, la región más golpeada hasta ahora por el coronavirus, luchan entre la necesidad de reactivar sus maltrechas economías y controlar los rebrotes.
Es el caso de España, muy dependiente del turismo. La decisión de Reino Unido del pasado 27 de julio de imponer una cuarentena a los viajeros procedentes de este país y la de Alemania que ha aconsejado no viajar a algunas regiones más afectadas por los rebrotes, amenaza con ser la puntilla para el sector esta temporada.
En la isla de Ibiza, otrora uno de los epicentros del turismo y de la fiesta, la clientela escasea en terrazas de los restaurantes, y los hoteles y apartamentos turísticos están medio vacíos.
«El impacto ha sido terrible», explica a la AFP Vicent Torres Guasch, presidente del Consejo Insular de Ibiza, una autoridad local. No en vano, el «90% del PIB» de la isla procede del turismo, recuerda.
En China, primer país del mundo golpeado por la covid-19, las consecuencias de la pandemia se están dejando sentir sobre todo en el empleo, y en particular, entre los jóvenes.
Pese a la reanudación de la actividad, hay sectores enteros dañados, especialmente el turismo y los transportes. Otros, como la restauración, funcionan todavía a medio gas.
La tasa de paro de los jóvenes graduados era tres veces más alta que la media nacional –19.3% contra 5.7%- a finales de junio, según los economistas del banco UOB.
«Obtener una oferta de empleo es una verdadera hazaña» este año, resume Zhao Jingying, de 22 años.