Amatitlán y Atitlán: Dos lagos que languidecen

NO EXISTEN HASTA LA FECHA PROYECTOS SERIOS Y VOLUNTAD POLÍTICA PARA IMPEDIR EL AVANCE DE LA CONTAMINACIÓN DE DOS DE LOS LAGOS MÁS IMPORTANTES DEL PAÍS —UNO ES EL PRINCIPAL RESERVORIO DE AGUA DULCE DEL DEPARTAMENTO DE GUATEMALA Y EL OTRO ES CONSIDERADO ENTRE LOS MÁS BELLOS DEL MUNDO—. SI NO SE HACE ALGO PRONTO Y SOSTENIBLE, EN LARGO PLAZO LOS DOS CUERPOS DE AGUA MORIRÁN; QUIEN ESTÁ MÁS CERCA DE ELLO ES AMATITLÁN Y, NO LEJOS, LE SIGUE ATITLÁN.

Por: Álvaro Alay y Rodrigo Pérez

En los últimos cuatro años no se ha avanzado nada o muy poco en evitar la contaminación y rescatar a los lagos de Amatitlán y Atitlán. La indiferencia ante los altos grados de contaminación de estas importantes reservas del vital líquido continúa. La falta de voluntad política de las autoridades nacionales y locales, la debilidad de las entidades encargadas de velar por la protección de las cuencas de los mantos de agua, la coordinación de proyectos de saneamiento y cumplimiento de leyes ambientales son algunas de las causas.

El peor caso es el de Amatitlán, que ya se encuentra en una fase terminal; en tanto que Atitlán, aunque su contaminación es grave, aún se pude hacer algo para rescatarlo y evitar su muerte.

Pero, más allá de ambientalistas y científicos, a nadie más parece importarle el destino de los cuerpos de agua que, en caso de desaparecer, repercutirán negativamente en el ámbito social, debido a que miles de personas viven de los productos que generan sus aguas; económico, porque son fuente de empleo e ingreso de divisas por  turismo; y ambientales, porque con su pérdida se altera el equilibrio de ecosistemas y se pierde el hábitat de especies animales.

Amatitlán, en vías de extinción

Lago de amatitlán 2

Las aguas, una vez cristalinas, lucen un color verde y con mal olor, debido a que se encuentra en un estado eutrófico; es decir, es lo más contaminado que puede haber. Más allá, ya no se puede. Está a un paso de convertirse en pantano. Ha llegado a ese estado terminal como consecuencia del total abandono en que ha sido dejado por las distintas entidades ambientales y por la falta de interés que tienen por rescatarlo los distintos gobiernos y alcaldes de los 14 municipios que conforman su cuenca.

Los principales contaminantes, según el Plan estratégico institucional 2016-2019 de la Autoridsd para el Manejo Sustentable de la cuenca del lago de Amatitlán (Amsa), son materia orgánica de agua residual y macronutrientes que han acelerado el proceso de eutrofización de este cuerpo de agua.

El estudio advierte que la carga de sedimentos que ingresa al lago anualmente es de 1.6 millones de toneladas, equivalente a 1.5 millones de metros cúbicos al año.

Luego indica que entre las causas de esta contaminación se encuentra la cantidad de puntos de extracción de bancos de arena que no cumplen con las medidas de mitigación ambiental, así como los puntos de extracción manual o mecánica dentro del cauce del río Villalobos.

En cuanto a la basura, se contabilizan dentro de la cuenca 135 basureros en municipios —se han erradicado siete—. Cada año se extraen de ese cuerpo de agua más de 42 mil metros cúbicos desechos sólidos.

Desorden y sin planificación

Amatitlán contaminación

El desorden, burocracia, debilidad institucional, falta de voluntad política, improvisación y la corrupción han impedido a Amsa cumplir con su objetivo de recuperar y evitar la contaminación del  principal cuerpo de agua del departamento de Guatemala. En los últimos 18 años —de 1998 a 2016— Amsa ha recibido en promedio Q35.4 millones anuales —Q637.4 millones en total—, pero la situación del cuerpo de agua en vez de mejorar, ha empeorado.

Análisis internos de la institución dan cuenta de que en los últimos cuatro años esta entidad evidenció debilidades como insuficiente sentido de trabajo en equipo entre las divisiones o unidades que la conforman. entre las necesidades y las asignaciones presupuestarias. Carencia de seguimiento de los proyectos ejecutados.

A esas deficiencias se suma la carencia de un sistema informático estadístico que unifique la información generada, procesos burocráticos en las áreas administrativa, financiera y jurídica y falta de conocimiento y cumplimiento de los manuales administrativos y de procesos, carencia total de poder sancionatorio y marco legal poco favorable para el accionar oportuno de la institución.

Mientras que como amenazas identificaron la falta de regulaciones de carácter obligatorio relacionadas con el medio ambiente, lanzamiento de programas sin previa capacitación de las unidades financieras de las instituciones del Estado, procesos financieros gubernamentales burocráticos y cambiantes, y carencia de un plan de manejo integrado de la cuenca del lago de Amatitlán.

Así lo evidencian análisis de Fortaleza, Oportunidades, Debilidades y Amenazas (FODA) realizadas por Amsa en 2012, 2013 y 2014.

Atitlán, herido de muerte

Atitlán

Un río de aguas negras y mal oliente serpentea en la playa pública de Panajachel, antes de ingresar a las aguas aún cristalinas de lago de Atitlán, mientras unos turistas nacionales juegan en la orilla del manto acuífero ya contaminado y herido de muerte. Este municipio tiene tres descargas de agua al lago y solo una planta de tratamiento de aguas residuales. Es decir, solo un tercio de las aguas negras son tratadas.

Y es que el mismo camino de Amatitlán lleva el lago de Atitlán, si no se hace algo pronto, porque tras cinco décadas de contaminación el manto de agua ya evidencia señales de estrés ambiental severo. Hace siete años se dio el primer aviso: se registró en el 38 por ciento de los 25 kilómetros cúbicos de agua un grave florecimiento de cianobacteria.

Desde ese momento muy poco se ha avanzado en la implementación de proyectos serios para salvar a uno de los lagos más bellos del mundo. Los principales focos de contaminación son las aguas residuales; la expansión de la frontera agrícola; la erosión y el uso de fertilizantes, cuyos restos son

También identificaron deficiencias en planificación y formulación de los proyectos que se ejecutan dentro de la institución. Atrasos en las fechas de entrega de documentos e informes y escasa dedicación a cumplir con los objetivos institucionales del recurso humano.Atitlán2

Pero las deficiencias y desorden en la entidad encargada de velar porque no se contamine y se recupere el lago de Amatitlán, no terminan ahí. En el autoanálisis también se mencionó desproporción arrastrados por la lluvia al lago, y la basura. Aunque esos son los principales, existen otros como los residuos de combustible de los vehículos acuáticos y la falta de ordenamiento urbano.

En el tema de desechos sólidos se dieron pasos hacia adelante y atrás en los últimos cuatro años. Pero el problema de fondo, el ingreso de aguas contaminadas al cuerpo de agua, no muestra ningún avance en los últimos cuatro años; en especial, por falta de voluntad política. En el 2012 había 11 plantas de tratamiento de aguas residuales y siguen estando las mismas y no funcionan. ¿Por qué?, se hizo la inversión, pero los costos de mantenimiento son muy altos y las municipalidades no priorizan esa asignación presupuestaria para mantener las plantas funcionando como deberían, afirma Eduardo Aguirre, gerente de proyectos de Amigos del lago de Atitlán.

La única que funciona es una planta de tratamiento instalada en Santa Catarina Palopó que financió Amigos de lago de Atitlán, cuenta el entrevistado.

No se sabe; sin embargo, a ciencia cierta si las plantas de tratamiento de basura y aguas residuales son suficientes para resolver la contaminación del lago de Atitltán, porque aún no se ha elaborado el estudio llamado plan maestro, que dictará a las autoridades locales y nacionales qué es lo que se debe hacer, cómo, por cuánto tiempo y cuánto costará.

Para Aguirre, la solución es que ya no ingrese ni una sola gota de agua sucia al lago. ¿Cómo hacerlo? Esa es la respuesta que debe dar el plan maestro. Se ha hablado de un colector que reciba las aguas de todos los municipios de la cuenca y las lleve lejos del lago y luego de ser tratadas, sean reutilizadas. También se ha planteado que las aguas servidas, luego de ser tratadas, sean bombeadas hacia las faldas de los volcanes para ser utilizadas para riego. Pero se han quedado solo en la fase de ideas, porque no existe ese estudio serio y técnico que de luces sobre qué hacer.

Mientras tanto, el lago se sigue muriendo. En el 2009, en el centro del lago se podía ver hasta una profundidad de 10 metros y en la última medición realizada en abril solo se logró ver a una profundidad de 3 metros.

Amsclae, débil y sin dientes

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La entidad encargada de velar porque débil y no ha sido fortalecida presupuestariamente. Luisa Cifuentes de Gramajo, directora de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Atitlán y su Entorno —Amsclae—, y quien ocupa el cargo desde el pasado 25 de febrero, asegura que continuará con los planes de trabajo que se vienen implementando desde la anterior administración y que tienen que ver con el tratamiento de aguas residuales, evitar la expansión de la frontera agrícola y adecuado tratamiento a los desechos sólidos.

Diversos sectores consultados del departamento de Sololá aseguran que el problema más grave y que impide la contaminación del lago de Atitlán es la falta de voluntad política a nivel departamental y nacional. De esa cuenta el saneamiento ambiental y la protección del ambiente siguen sin ser una prioridad para la clase política del país.

Es un problema muy grande, aseguran, para que lo resuelvan solo las alcaldías y a ello se suma la falta de visión de los jefes ediles.

También señalan que Amsclae debe ser reestructurada para que se enfoque solo en saneamiento ambiental y no se distraiga en otras atribuciones como reforestar y otro tipo de proyectos.

Sumado a ello, subrayan que a la entidad le ha faltado ejercer un mayor liderazgo; aunque, reconocen que la última administración avanzó en obligar a los hoteleros a tratar sus aguas servidas antes de depositarlas en los drenajes públicos.

Camino al pantano

Amatitlán y Atitlán podrían desaparecer si las autoridades no hacen algo con prontitud y sostenibilidad para evitar la contaminación, dicen expertos consultados.

Luis Rodríguez, investigador del Instituto de Recursos Energéticos de la Universidad Galileo, explica que el lago de Atitlán se ha convertido en el pasado de Amatitlán, esto debido a los desechos y las aguas residuales que en ellos se vierten.

La científica y experta en estudios de lagos, Margaret Dix, explica que en ambos casos lo primero que se debe hacer es frenar la contaminación, posterior a ello se puede pensar en más alternativas. Una vez que se logre frenar la contaminación se puede pensar en otras cosas, pero si se logra eliminar las aguas residuales, es un buen comienzo.

Para Julio González, activista ecológico de Madre Selva, la contaminación en los dos cuerpos de agua es preocupante y luego agrega: Todos los lagos se constituyen como una reserva de agua para el futuro y tienen un potencial económico en el campo de turismo, recreación, pesca, y eso tiene un valor incalculable.

César Barrios, director de comunicación de la Fundación para el Ecodesarrollo y la Conservación (Fundaeco), comenta: Alrededor del 90 por ciento de las fuentes de agua en el país presentan algún tipo de contaminación y eso es muy preocupante.

Asimismo, Magaly Arrecis, analista socioambiental del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac), expresa que ambos lagos necesitan un manejo integrado de recursos hídricos y que las autoridades tomen cartas en el asunto para evitar el deterioro que se está dando.

Un lago muere

Marn, entre debilidad y voluntad política

Desde su creación, el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn) —encargado de coordinar y hacer cumplir las leyes ambientales— ha sido una institución débil, inoperante, corrupta y que en ocasiones ha sido cooptada por intereses oscuros.

Debido a ello no ha hecho nada, o muy poco, para resolver el problema de contaminación y sanar los mantos de agua, como es el caso de los lagos de Atitlán y Amatitlán.

Entre las debilidades de la cartera se encuentra la carencia de reglamentos, escaso presupuesto, falta de equipo para realizar estudios e investigaciones especializadas, cambio de rumbo con cada nueva administración y el no incluir el tema ambiental como prioridad en la agenda de gobierno, según el Plan Operativo¿ Anual 2016 de esa institución.

Existe una alta expectativa entre sectores ambientalistas sobre el trabajo que pueda llegar a hacer el ministro Sidney Samuels. Y los primeros mensajes que está enviando con su actuar, alimenta esa expectación.

El funcionario público demandó recientemente en el Ministerio Público (MP) a siete empresas agroexportadoras por el desvío ilegal de ríos para irrigar sus cultivos, la mayoría propiedad de familias poderosas económica y políticamente.

Sumado a ello, la máxima autoridad del MARN ha sostenido tres reuniones, en los cuatro meses que lleva al frente del Ministerio, con todos los alcaldes de la cuenca del lago de Atitlán para lograr consensos para salvar este manto de agua.

Los alcaldes se comprometieron a darle seguimiento a las políticas para salvar el lago. De momento solo ofrecieron hacer unos estudios, pero los jefes ediles dijeron que ya no quieren estudios, lo que queremos son proyectos, afirma Pedro Juracan, alcalde del municipio de Concepción

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