La diversidad natural y reservas de agua dotan a la región de Extremadura de unas características únicas en Europa que, junto a la apuesta tecnológica de empresas innovadoras, elaboran productos saludables con sello de identidad propio.
Guatemala, noviembre del 2019 – Extremadura se ubica en el suroeste de la Península Ibérica, limitando con las dos Castillas, Andalucía y uniendo a dos países, España y Portugal. Sus ciudades y comarcas han jugado un papel fundamental en la historia, albergando maravillas arqueológicas únicas en el mundo.
Sus tierras se nutren de las aguas de dos de los principales ríos del país, el Tajo y el Guadiana, así como de un imponente sistema montañoso y un clima dominante mediterráneo suavizado por aires marítimos procedentes del Atlántico. Esta diversidad medioambiental unida a una arraigada tradición agrícola, convierten a la región en un importante proveedor de productos de gran calidad como el jamón ibérico, los embutidos, el aceite de oliva, el vino espumoso, el pimentón, la miel o el tomate.
El intenso sabor de los ingredientes extremeños y la calidad de sus materias primas están avalados por 12 Denominaciones de Origen y 2 Indicaciones Geográficas Protegidas, certificando la vinculación de los productos a la zona geográfica y a sus habitantes, además de los rigurosos controles de proceso, que garantizan su trazabilidad, seguridad y confianza. Adicionalmente, los productos agroalimentarios se identifican con el sello “Alimentos de Extremadura”, una marca promocional que permite al consumidor identificarlos fácilmente y otorga reconocimiento a las empresas extremeñas por su extraordinaria labor productora.
Para vivir la gastronomía extremeña en su máxima expresión es aconsejable embarcarse en un viaje por sus dehesas, viñedos y fincas, donde lugareños invitan a degustar los exquisitos sabores de su tierra presentados en una tabla de quesos de cabra y oveja, ibéricos de bellota o contenidos en una caldereta de cordero; todo ello, acompañando de las burbujeantes sensaciones que brinda el característico vino espumoso de la zona.
La cocina extremeña es sencilla y rica en matices, abastecida por un gran surtido de ingredientes que conforman su despensa. Una idea que el reconocido chef guatemalteco Mario Campollo quiso plasmar en el diseño de un menú degustación que fusionaba sabores de Extremadura con recetas chapinas.
Los importadores de embutidos y vinos más destacados de Guatemala fueron invitados a un exclusivo evento el pasado 7 de noviembre en el hotel Hyatt Centric, ofreciéndoles una magnífica experiencia donde descubrir el potencial de los productos extremeños. La actividad dio inicio con la presentación de una cuidada selección de productos representativos de Extremadura, cautivando el paladar de los invitados con jamón 100% ibérico y otros embutidos ibéricos, como el salchichón y el chorizo. Estos manjares de pata negra, de textura suave y aromas delicados llenos de matices que perduran en la boca, se combinaron con un excelente vino tinto de este territorio, El Raposo La Chinata, que llenaba las copas de los invitados. Este vino con aroma a frutos negros, regaliz, vainillas y torrefactos maridaba a la perfección con los embutidos extremeños seleccionados.
Posteriormente, el menú degustación del chef Campollo abrió boca con un carpaccio invertido de aguacate con tartare de atún, alcaparras baby, cilantro, granos de elote criollo, vinagreta de maíz ahumado y gel de pimentón de la vera y aceite de oliva; una combinación saludable que exalta la frescura de los ingredientes de ambas regiones y ofrece una interesante propuesta de maridaje para el vino extremeño Viña Romale Cava Brut Nature Blanco, de burbujas persistentes y elegante paladar. Tras limpiar el gusto con un sorbete de lima con chia, la apuesta fuerte de la velada la protagonizó el asado de tira en cocción 24 horas en salsa de pepián, servido sobre puré suave al perfume de chorizo extremeño, hongos ostra, mini güisquil y perulero, zanahorias arrebatadas, ceniza de cebolla y puerros. Este platillo se maridó con un vino tinto Habla del Silencio, caracterizado por su aroma intenso y complejo, con toques de cereza, mora, menta, pimienta y grafito.
El final dulce se formuló en una torreja de pan brioche con crema de almendra quemada, helado de aceite de oliva extra de Extremadura, aire de miel de montaña de Denominación de Origen, crujiente de almendra y salsa de caramelo con flores de chipilín. Este postre se sirvió con un vino Viña Romale Cava Rosado Semiseco de abundantes y finas burbujas que intensifican el sabor del dulce.
El selecto grupo de comensales reunidos para la ocasión fue testigo de las infinitas posibilidades que ofrecen los productos extremeños y la perfecta combinación que surge con las técnicas culinarias e ingredientes locales de Guatemala. Una original propuesta con la que sorprender a los invitados en una celebración especial o innovar en la elaboración de recetas cotidianas.
El encuentro fue posible gracias a la unión de esfuerzos de Extremadura Avante, la Cámara de Comercio Española y la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Guatemala, con el propósito de exhibir una de las joyas gastronómicas españolas aún poco explorada en el mercado guatemalteco, los Alimentos de Extremadura.