El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, nuevamente cuestionó la eficacia del mecanismo COVAX impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para distribuir vacunas contra la COVID-19, asegurando que el país centroamericano ha recibido menos de una quinta parte de las dosis adquiridas por esta vía.
«COVAX es un mecanismo de Naciones Unidas que ha servido igual que la Carabina de Ambrosio», dijo Giammattei, utilizando una expresión popular que pone en duda la eficacia del programa internacional. «Compramos con ellos 6,6 millones de dosis y nos han venido 1,2 (millones) en un año», ha criticado ante los medios.
Según Giammattei, el mecanismo se había comprometido a enviar en la segunda semana de octubre 2,5 millones de dosis de la vacuna desarrollada por Pfizer, pero este envío ha quedado retrasado al menos hasta esta semana. El lote irá destinado a avanzar en la inmunización de menores de edad.
Al margen de los envíos directos de COVAX, Guatemala también ha recibido dosis donadas directamente por varios países, entre ellos España, y ha suscrito un polémico contrato con Rusia que ha generado críticas entre la oposición política, que afea la falta de transparencia en todo el proceso.
El Gobierno guatemalteco inicialmente firmó con Rusia la entrega de 16 millones de dosis del fármaco Sputnik V y en abril abonó 79.6 millones de dólares (unos 68 millones de euros) por la mitad de este lote. Sin embargo, las autoridades guatemaltecas plantearon la devolución del dinero ante el retraso en la entrega, lo que se tradujo en un nuevo acuerdo, suscrito en julio, para que solo llegasen a Guatemala 8 millones de dosis ya pagadas.
Giammattei ha asegurado que el 34 por ciento de la población diana en Guatemala ya ha completado la pauta de vacunación contra la COVID-19 y ha instado a quienes ya han recibido la primera dosis –más de cinco millones de personas– a que se comprometan también a ponerse la segunda inyección.
El Ministerio de Salud Pública estima que hay má de 11.500 casos activos de COIVD-19 en Guatemala, un país que acumula más de 588,000 positivos desde el inicio de la pandemia. Casi 14.400 enfermos han fallecido en este tiempo víctima de la enfermedad, según el registro oficial del Gobierno.