- El cambio forma parte de una serie de remociones que la administración Trump llevará a cabo en enero próximo en al menos 30 países.
El gobierno del presidente Donald Trump anunció esta semana la remoción de casi 30 embajadores y altos diplomáticos de carrera destinados en diferentes partes del mundo, como parte de una reestructuración del servicio exterior para alinear la representación estadounidense con su política exterior “America First” y renovar las misiones diplomáticas tras su retorno a la Casa Blanca.
Esta decisión fue confirmada por la Casa Blanca y los informes aseguran que entre los países afectados figura Guatemala, donde el actual embajador estadounidense Tobin John Bradley fue notificado de que su mandato terminará en enero de 2026.
El movimiento, que se aplica en al menos 29 naciones en África, Asia, Europa, Medio Oriente, Oceanía y América, responde a la prerrogativa presidencial de designar representantes que impulsen la agenda de su administración.
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha calificado la medida como un proceso estándar de transición, aunque analistas, sindicatos del servicio exterior y legisladores han expresado preocupación por el impacto en la continuidad institucional y la política exterior estadounidense.
Qué significa para Guatemala y su relación bilateral
El embajador Bradley, quien asumió el cargo en febrero de 2024, llegó a Guatemala tras una extensa carrera en el servicio diplomático estadounidense y bajo la administración del entonces presidente Joe Biden.
En su trayectoria, Bradley se destacó por diversos roles clave: fue Director del Buró de Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL) en México, cónsul general en Matamoros y asesor político en misiones en Londres y en la OTAN, además de servir en posiciones estratégicas en Medio Oriente y Asia. Su perfil incluye un Bachelor of Science en la Walsh School of Foreign Service de Georgetown University y una maestría de la Princeton School of Public and International Affairs, lo que lo ubicó como una figura con experiencia amplia en temas de seguridad y cooperación internacional antes de su llegada a Guatemala.
En Guatemala, Bradley impulsó programas de cooperación bilateral, particularmente en áreas como seguridad ciudadana, lucha contra el narcotráfico y fortalecimiento institucional, además de participar en la agenda de migración y desarrollo con autoridades guatemaltecas durante 2024 y 2025. Según registros oficiales de la Embajada de Estados Unidos en Guatemala, el embajador destacó avances en la cooperación técnica y la intención de mantener una relación estratégica con el país.
Fuentes de la cancillería indican que Bradley jugó un papel importante en las relaciones con Estados Unidos y ha sido uno de los embajadores más cercanos al presidente Bernardo Arévalo.
Reacciones y contexto político
Ya en noviembre pasado, congresistas como María Elvira Salazar (R-FL) habían pedido la remoción de diplomáticos estadounidenses en Guatemala que, en su opinión, representaban “intereses” distintos a los de la nueva administración, acusando de injerencia en asuntos locales como procesos judiciales y nombramientos institucionales. La congresista respondía al lobby que habrían realizado algunos guatemaltecos de corte ultraconservador.
La percepción es que el cambio de embajadores esta vinculado no solo a una renovación política, sino a asegurar que los representantes estadounidenses compartan la visión del actual gobierno.
El anuncio de Trump ha sido recibido con una mezcla de expectativa y preocupación en el ámbito diplomático: por un lado, un nuevo nombramiento podría reforzar la relación bilateral bajo la nueva agenda; por otro, el retiro de diplomáticos de carrera genera inquietud sobre la continuidad de programas de cooperación y de asistencia técnica, dado que los embajadores remueven no perderán su condición como miembros del Servicio Exterior, pero sí regresarán a Washington para ser reasignados o cubrir nuevos roles. AP News
Según los reportes de la prensa internacional, los embajadores fueron notificados de sus cambios desde mediados de diciembre de 2025, y se espera que sus mandatos concluyan formalmente en enero de 2026. En los próximos días, el Departamento de Estado de Estados Unidos trabajará en la designación de los nuevos embajadores o enviados interinos para las misiones diplomáticas afectadas, incluido el caso de Guatemala, donde las autoridades nacionales aún no han recibido una notificación oficial formal sobre el cambio.
El nombramiento futuro será clave para medir la evolución de la relación bilateral en temas de migración, seguridad, comercio y cooperación internacional.
¿Por qué Trump remueve embajadores
La decisión del presidente Donald Trump de remover a decenas de embajadores y altos diplomáticos responde a una lógica que ya había aplicado durante su primer mandato: alinear la política exterior con su visión ideológica y estratégica, bajo el principio de America First.
Trump ha sido históricamente crítico del Servicio Exterior de Estados Unidos, al que acusa de operar con autonomía excesiva y de representar una diplomacia “globalista” poco sensible a los intereses nacionales estadounidenses.
En este nuevo ciclo, la Casa Blanca busca reemplazar o desplazar a diplomáticos de carrera nombrados durante administraciones demócratas, particularmente en países considerados estratégicos en temas de migración, narcotráfico, seguridad regional y contención de la influencia china. América Latina aparece como una de las regiones prioritarias, y Guatemala figura entre los países donde Washington considera necesario un enfoque más duro y directo.
Analistas citados por la prensa internacional advierten que esta política puede debilitar la continuidad institucional y generar tensiones con gobiernos aliados, aunque desde el trumpismo se defiende como un ejercicio legítimo del poder presidencial para garantizar coherencia en la acción diplomática.
