El rescate de 9,000 millones de euros (9,900 millones de dólares) acordado por el gobierno alemán para Lufthansa superó este viernes una prueba crucial con un acuerdo con la Comisión Europea sobre las principales condiciones de esta operación que debería evitar la quiebra de la aerolínea.
El gigante del transporte aéreo tendrá que dejar más espacio a la competencia en sus dos principales aeropuertos alemanes, dijo el grupo en un comunicado. Una portavoz del ejecutivo europeo así como el gobierno alemán también confirmaron el acuerdo.
El compromiso entre Berlín y Bruselas prevé que Lufthansa ceda a la competencia hasta 24 franjas horarias de despegue y aterrizaje (slots), derechos muy codiciados por las compañías aéreas, que representan 8 aviones estacionados, según la empresa.
El directorio «acepta las concesiones», menores de las previstas inicialmente, y espera ahora la luz verde del consejo de vigilancia, informa Lufthansa en el comunicado.
AFP / Christof STACHE Un pasajero camina en una terminal vacía de Lufthansa en el aeropuerto «Franz-Josef-Strauss» en Múnich, Alemania, el 27 de mayo de 2020
El miércoles, el consejo de vigilancia de Lufthansa rechazó aprobar el proyecto de rescate, que prevé convertir al Estado en el primer accionista del grupo, al considerar que las condiciones dictadas por la Comisión Europea «llevarían a un debilitamiento» de la compañía.
La Comisión había pedido que Lufthansa cediera hasta 20 aviones y otros tantos «slots», según una fuente cercana a las negociaciones.
Estos derechos, repartidos a partes iguales entre los aeropuertos de Fráncfort y Múnich y que serán vendidos en subasta, se reservarán a «nuevos competidores» durante un año y medio antes de que las compañías ya presentes en estas dos ciudades puedan comprarlos si todavía siguen disponibles.
«Los slots solo podrán ser adquiridos por un competidor europeo que no haya recibido ayudas públicas debido a la pandemia del coronavirus», agrega el grupo alemán.
Hemorragia de liquidez
Una asamblea general extraordinaria de accionistas debe ser convocada «próximamente». Esta debe aprobar el rescate ya que supone un aumento de capital.
«El gobierno, Lufthansa y la Comisión Europea han superado una etapa importante en las negociaciones» que «abre la vía a una consulta de la asamblea general», explica el ministerio de Economía alemán en un comunicado. «Más allá de esto, las negociaciones prosiguen».
Y el tiempo apremia, ya que la pandemia a dejado prácticamente en tierra el transporte aéreo mundial, llevando al sector a una crisis sin precedentes.
Las reservas de liquidez del grupo alemán, que pierde 1 millón de euros por hora y solo transporta el 1% del número habitual de pasajeros, solo alcanzarán para unas semanas más. Además no espera que los vuelos se reanuden rápidamente y ha lanzado una reestructuración para reducir su flota en 100 aviones, lo que amenaza a unos 10,000 empleos.
Las negociaciones también continúan para la filial belga Brussels Airlines, que anunció a mediados de mayo la supresión de un cuarto de sus efectivos, y Austrian Airlines, que pidió 767 millones de euros (851 millones de dólares) a Austria, mientras que Suiza garantizará 1,200 millones de euros (1,332 millones de dólares) a las filiales Swiss y Edelweiss.
El rescate prevé que el Estado se haga con el 20% del grupo por 300 millones de euros además de inyectar 5,700 millones de euros de fondos sin derecho a voto, de los cuales mil millones pueden convertirse en acciones.
Sería la primera vez que el Estado alemán vuelve al capital de la compañía desde su privatización, en 1997.
Berlín prevé poder aumentar su participación al 25% más una acción -minoría de bloqueo- pero solo «si un tercero hace una oferta pública de compra» o si se produce un impago de intereses.
Alemania garantiza además un préstamo de 3,000 millones de euros y obtiene dos asientos en el consejo de vigilancia de Lufthansa, que tiene prohibido repartir dividendos y bonos entre sus dirigentes.
El competidor Ryanair anunció el martes que quiere impugnar el plan de rescate ante la justicia europea por considerar que va a falsear la competencia.