- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue proclamado por el chavismo como candidato a las elecciones del 28 de julio, cuando el mandatario busca una segunda reelección por 6 años.
Voz de América
El presidente Nicolás Maduro aceptó el sábado que buscará una segunda reelección en las votaciones del próximo 28 de julio en Venezuela por seis años más, pese a su desgastada popularidad.
“Hoy 16 de marzo de este año 2024 acepto la candidatura presidencial para los comicios del 28 de julio, la acepto, la asumo y con el apoyo del pueblo iremos a una nueva victoria de las fuerzas bolivarianas y chavistas”, dijo Maduro desde una reunión en Caracas del partido de gobierno, PSUV.
Maduro, un exdirigente sindical, de 61 años, con casi once años en el poder, tiene una popularidad que ronda el 20% según encuestas.
El PSUV decidió entonces “por consenso” y “aclamación” que Maduro es el candidato del chavismo, dijo antes Diosdado Cabello, parlamentario chavista considerado uno de los hombres fuertes del gobierno de Venezuela.
Esto ocurre sin sorpresa.
Maduro está en campaña desde hace semanas y multiplica sus apariciones en público, lo que hasta hace poco era una excepción.
En todo momento, el PSUV, que preside Maduro, apeló a la memoria del difunto Hugo Chávez (1999-2013), padre político de Maduro y quien lo ungió poco antes de su muerte por cáncer.
“Chávez nos dio una orden, ¿cuál fue la orden? ‘Ustedes elijan a Nicolás Maduro Moros’, más nada”, dijo María León, una integrante del PSUV, que participó en el acto.
¡Viva Chávez!, gritó luego.
“No hay otro candidato sino el que nos sigue diciendo nuestro comandante eterno”, continuó Adán Chavez, hermano del fallecido mandatario.
Entre Chávez y Maduro suman un cuarto de siglo gobernando Venezuela.
“Ahora nos corresponde inscribirlo ante el CNE (…) nosotros si tenemos candidato”, siguió Cabello.
Contrarreloj
¿Pero contra quién se enfrentará? Es una incógnita. La oposición está en una encrucijada tras la exclusión de María Corina Machado, candidata que podía ganarle la carrera.
La oposición busca entonces definir contrarreloj un nombre que pueda postular ante el inminente rechazo oficial de Machado, de 56 años, favorita en las encuestas pero inhabilitada para ejercer cargos públicos.
Machado, ingeniera industrial, que arrasó en octubre pasado en las primarias de oposición, descarta no obstante abandonar el proceso por ahora, y sigue en campaña.
Cuatro miembros de su equipo Vente Venezuela fueron detenidos. Sin embargo, Machado mantiene ocupada su agenda con giras por el país.
Si pudiera participar, coinciden encuestas, derrotaría a Maduro por amplísimo margen.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la invitación a misiones observación de la Unión Europea y otros actores, aunque hasta ahora no hizo una invitación formal.
La inscripción de candidatos fue fijada del 21 al 25 de marzo, lo que deja escaso margen de maniobra para la principal coalición opositora, la Plataforma Unitaria, que además puede perder su papeleta electoral tras una demanda de veto ante la corte suprema.
Colapso económico y sanciones
El chavismo cumplió en febrero 25 años en el poder, los últimos 11 liderados por Maduro tras la muerte de Chávez en 2013.
«Sé que hemos pasado la roncha, las verdes, la dura, pero lo que viene, de aquí al 2030, es progreso», prometió el jueves en un acto político en Carúpano (estado Sucre, este).
Su presidencia ha estado marcada por denuncias de violaciones de derechos humanos, sanciones internacionales, el colapso de la economía -el PIB se contrajo 80% en una década- y la migración de más siete millones de personas huyendo del hambre y la pobreza.
También neutralizó cualquier amenaza a su poder, como la llamada presidencia interina de Juan Guaidó, exiliado en Estados Unidos, y ahora a Machado, a quien el gobierno acusa de corrupción y de pedir una invasión extranjera, aunque ella lo niega.
La reelección de Maduro en 2018 fue tachada de «fraudulenta» por la oposición, que boicoteó los comicios, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, que impuso una batería de sanciones para intentar, sin éxito, sacarlo del poder.
[Con información de Reuters, AFP]