A pesar de la cacería de ICE: Remesas, el sostén de Guatemala

  • A pesar de las violentas arremetidas de ICE en contra de la comunidad migrante en Estados Unidos, en especial contra los indocumentados, los guatemaltecos en ese país siguen enviando sus remesas.
  • Cada vez inyectan más energía a la economía nacional.  A la fecha, son el principal baluarte de la estabilidad.

En Los Ángeles, Chicago, Portland y en muchas ciudades de los Estados Unidos, los agentes de ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) atropellan a los migrantes, especialmente latinos, sin importar su estatus legal, pues muchas veces son atropellados aquellos que tienen la ciudadanía estadounidense.

—Da miedo ver cómo llegan de sorpresa tantas patrullas. No sabemos si saldremos del trabajo, dice un guatemalteco indocumentado en Chicago.

—Aunque nos persigan, seguimos ayudando a nuestras familias. Eso no lo pueden parar. Expone una trabajadora de limpieza en Nueva York, que dejó su hogar en Comalapa hace 18 años.

—Cada dólar que envío es un pedacito de mi vida allá, dice un agricultor quetzalteco que piensa volver algún día a su tierra natal.

Los guatemaltecos que han migrado a Estados Unidos son auténticos héroes para el país, porque no solo contribuyen para disminuir los índices de pobreza del país, sino que son la pieza más importante de la economía nacional, además de contribuir con la economía de aquel país.

Más remesas que nunca

Las remesas familiares baten marcas y se consolidan como el mayor motor de la economía guatemalteca. Con datos del Banco de Guatemala, el flujo acumulado de enero a septiembre de 2025 suma US$ 18,968.4 millones, y solo septiembre aportó US$ 2,106.7 millones, un salto de 22% interanual.

El contraste con el sector exportador es elocuente: mientras las remesas corren hacia un cierre histórico cercano a US$ 25 mil millones, las exportaciones de bienes a julio apenas llegaban a US$ 7,680 millones. Es decir, el dinero que envían los migrantes ya supera holgadamente a las exportaciones, convirtiéndose en el verdadero pilar de la economía nacional.


Claves en 5 puntos
  1. Crecimiento récord. De enero a septiembre de 2025 se enviaron US$ 18,968 millones, 15% más que en el mismo periodo de 2024.
  2. Septiembre histórico. Con US$ 2,106 millones, fue el mes más alto en la historia.
  3. Dependencia estructural. Las remesas ya triplican las exportaciones y representan cerca del 20% del PIB nacional.
  4. Resiliencia migrante. A pesar de las redadas del ICE, el flujo de dinero no se detiene.
  5. Desafío futuro. Convertir las remesas en motor de desarrollo y no solo de consumo inmediato.
Los miles de millones de dólares que ingresan cada mes al país, producto de las remesas familiares que envían los migrantes en EEUU, son la piedra angular de la estabilidad económica del país.

Los analistas y expertos en economía señalan que los efectos que las remesas tienen para el país son muchos e invaluables, porque ayudan a la economía familiar, pero además sostienen la estabilidad macroeconómica, con impulso al comercio y la industria, además de inyectar estabilidad en el tipo de cambio.

El resultado es que Guatemala tiene una de las macroeconomías más sólidas de Latinoamérica.

Cada dólar que envío a mi familia, lo he ganado dignamente con el sudor de mi frente, dice un guatemalteco que trabaja en un restaurante de Los Ángeles desde hace 12 años.

La fuerza invisible de los migrantes

En la práctica, las remesas sostienen buena parte del consumo interno, dinamizan el comercio minorista, la construcción y los servicios locales. En zonas rurales, son la red social más efectiva: pagan la escuela, la consulta médica o el block de la casa en construcción, así como el teléfono, además promover la compra de tierras.  En resumen, activan la economía en el interior.

Desde los 83 millones de dólares mensuales de 2002 hasta más de 2,000 millones al mes en 2025, la gráfica ascendente es un retrato de la resiliencia económica de los migrantes guatemaltecos, sobre todo en este año en el que se les ha perseguido intensamente por órdenes expresas del presidente Donald Trump.

Ciertamente muchos de ellos reconocen que, ante la incertidumbre que viven, es mejor enviar parte de sus ahorros a sus familias, temiendo que una vez detenidos no puedan tener acceso a su dinero.

Ahora no sabemos al salir de nuestras casas si volveremos por la noche. Aquí nuestra única fortaleza es tener fe en Dios, que nos cuida y protege.  Así se expresa un chapín al salir de la iglesia de San Andrés en Pasadena.

Bajo persecución

El auge ocurre a contracorriente de la ofensiva migratoria del gobierno de Donald Trump, que ha reactivado redadas del ICE y endurecido la política de deportaciones. En febrero, se reportaron operativos masivos en Houston y Nueva York, con decenas de guatemaltecos detenidos; en California, activistas denuncian redadas en granjas agrícolas.

En los meses siguientes las redadas se han ampliado prácticamente a todo el país, aunque los que tienen menos presión son los trabajadores agrícolas, porque buena parte de la fortaleza electoral de Trump proviene de los estados de vocación agropecuaria.

Sin embargo, el impacto emocional y psicológico no ha detenido los envíos. Los migrantes siguen enviando dinero incluso con miedo, porque en sus comunidades dependen de esos dólares para sobrevivir.

Ahora esperan que cuando entre en vigor el nuevo presupuesto de Estados Unidos, se castigue con un 3% el envío de remesas.  Los demócratas han retenido esa aprobación por una confrontación que mantienen con los republicanos, principalmente por el recorte que se pretende en los gastos de atención médica.

Para tener una dimensión de lo organizados que se encuentran los migrantes guatemaltecos en Estados Unidos, basta con ver estas cifras relevantes: Hay aproximadamente 300 organizaciones guatemaltecas en tserritorio estadounidense, incluyendo grupos culturales, deportivos, comerciales y de solidaridad.

El número exacto varía y se organiza en estructuras como la Coalición de Inmigrantes Guatemaltecos en los Estados Unidos y el Congreso Nacional de Organizaciones Guatemaltecas, mientras se estima que solo en el área de Los Ángeles hay al menos 50 registradas. 

¿Más deportaciones?

Aunque el aparato de comunicación de Trump muestra que hay logros maravillosos, logros muy importantes en la detención de ilegales, en la práctica, la realidad es muy diferente.

Las cifras oficiales no confirman un aumento. En 2024 hubo alrededor de 66 mil deportados –ahora les llaman retornados– desde Estados Unidos, pero en 2025 el ritmo ha disminuido cerca de 33%, según datos del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM). Trump muestra músculo político con las redadas, pero el flujo real de deportados es menor que en años previos.

Al parecer ICE gasta más del triple de lo que gastaba antes en la persecución de migrantes, pero los resultados son más bien inferiores a la era de los demócratas.

Perspectiva 2025

Si se mantiene el promedio mensual de 2,100 millones de dólares, Guatemala cerrará 2025 con más de 25 mil millones de dólares en remesas, cifra inédita en toda la región centroamericana.

El desafío es transformar esa ola de divisas en inversión productiva: bancarización, vivienda social y capacitación laboral, en lugar de depender solo del consumo. Aunque todos los gobiernos han hablado de apoyo a los migrantes, no existe ninguna iniciativa para promover una mejor utilización de los recursos que envían.