Un tribunal de Guatemala separó este jueves a la jueza Claudette Domínguez del proceso contra un militar por el genocidio de indígenas mayas-ixiles durante la pasada guerra civil (1960-1996), informaron fuentes judiciales.
En la resolución, los magistrados decidieron apartar a la magistrada a pedido de familiares de víctimas y querellantes en el caso, quienes consideraron que a Domínguez le falta de imparcialidad para atender el caso. En su lugar fue designada la jueza Silvia de León.
En tanto, el abogado del querellante Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos (Caldh), Héctor Reyes, manifestó su beneplácito por el cambio de Domínguez pues «dudamos de la imparcialidad» y en este caso «era prudente que se la separara por sanidad del proceso».
«Para las víctimas es realmente muy importante que ya no sea conocido este caso por la jueza Domínguez, tomando en consideración los distintos antecedentes que ella tiene en casos de justicia transicional, emitiendo sentencias cuestionables», puntualizó Reyes.
El proceso es contra el exjefe militar Luis Mendoza, capturado en la ciudad de Salamá, unos 55 km al norte de la capital, el pasado 16 de junio de este años tras permanecer prófugo desde 2011.
Mendoza está acusado en la misma causa penal por la que fue condenado el exdictador Efraín Ríos Montt (1982-1983), fallecido en abril del año pasado a los 91 años.
Según la acusación, Mendoza participó en un genocidio ocurrido en el departamento occidental indígena de Quiché cuando fungía como oficial de alto rango del Ejército durante el conflicto armado guatemalteco.
Ríos Montt acabó siendo condenado por un tribunal local a 80 años de cárcel por la matanza de 1.771 indígenas mayas a manos del Ejército.
Sin embargo, el Tribunal Constitucional dejó sin efecto la sentencia por errores en el proceso y ordenó repetir el juicio, que no pudo llevarse a cabo por la muerte del exdictador.
El septuagenario general retirado José Rodríguez, exjefe de inteligencia militar, fue absuelto de los mismos cargos en septiembre de 2018 por falta de pruebas.
La guerra civil guatemalteca dejó un saldo de 200.000 muertos y desaparecidos, concluyó en 1999 una Comisión de la Verdad auspiciada por la ONU.