El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, rechazó este jueves que su país se haya convertido en un Estado que distribuye cocaína, como acusó la fiscalía estadounidense durante un juicio por narcotráfico contra su hermano en una corte de Nueva York.
El presidente Hernández en una declaración rechazó «contundentemente, en nombre del pueblo hondureño, los injustos y falsos señalamientos de que Honduras es un Estado que patrocina el narcomenudeo o es un narcoestado».
Tales denuncias emergieron en el juicio que se realizó las últimas semanas en Nueva York contra el hermano del mandatario, Juan Antonio «Tony» Hernández, quien aguarda una declaratoria de inocencia o culpabilidad.
El mandatario sostuvo que su país «pasó se ser el puente del 80% de las drogas que llegaban a Estados Unidos en el año 2011 a ser el país de Centroamérica donde menos droga transita, con solo el 3%».
Dijo que su familia vive con «dolor y angustia» el juicio contra su hermano.
En una rueda de prensa previa este jueves, el canciller Lisandro Rosales lamentó que en el juicio contra «Tony» Hernández «se hizo una referencia al Estado de Honduras como una sofisticada acción organizada desde el gobierno de Honduras para distribuir cocaína».
Tony Hernández, un exdiputado de 41 años, fue detenido en Miami en noviembre de 2018 acusado de cuatro delitos de narcotráfico por los cuales podría enfrentar entre cinco años de cárcel y cadena perpetua.
Rosales indicó que el gobierno envió dos notas al Departamento de Estado manifestando que «no tiene que ver el Estado de Honduras» en acciones individuales del hermano del presidente.
«No hay ninguna justificación para que Estados Unidos, a través de este proceso, esté atacando la legitimidad de un gobierno aliado, fomentando la desestabilización política y facilitando el querer tomar el poder por la oposición radical», señaló.
Cinco excapos de la droga presentados por la fiscalía como testigos en el juicio involucraron al presidente Hernández como coconspirador para el tráfico de cocaína desde los países productores de Sudamérica a Estados Unidos.
Entre otros señalamientos, los excapos aseguraron que entregaron dinero para la campaña del presidente Hernández, y que el mexicano Joaquín «Chapo» Guzmán, condenado por narcotráfico en Estados Unidos, también lo hizo.
Uno de los testigos aseguró que temían a «Tony» Hernández porque disponía de la policía y del ejército hondureño para sus operaciones de transporte de drogas.
Rosales aseguró, no obstante, que «el gobierno de Honduras no quiere tener injerencia alguna en el caso del acusado».