California se convirtió en el primer estado de Estados Unidos en retrasar los horarios de inicio de clases en la mayoría de las escuelas públicas, con la esperanza de que la medida ayude a los adolescentes a tener un mejor desempeño.
La nueva ley, promulgada el domingo por el gobernador Gavin Newsom, ordena a las escuelas secundarias (7° a 9° año de escolaridad) que no programen sus clases antes de las 08H00 y a las escuelas preparatorias, no antes de las 08H30.
La medida entrará en vigencia el 1 de julio de 2022 o cuando expire el acuerdo de negociación de tres años de algunos distritos escolares, que rige a partir del 1 de enero de 2020.
La mayoría de las escuelas de California actualmente comienzan la jornada en torno a las 08H00 y algunas exigen que los estudiantes estén en clase antes de las 07H30.
«La ciencia muestra que los estudiantes adolescentes que comienzan su día más tarde aumentan su rendimiento académico, asistencia y salud en general», dijo Newsom en un comunicado.
«Es importante destacar que la ley ofrece tres años para que las escuelas y los distritos escolares planifiquen e implementen estos cambios».
Si bien la medida ha recibido el respaldo de varias asociaciones médicas, incluida la Academia Estadounidense de Pediatría y la Asociación Médica de California, el proyecto de ley se ha encontrado con la oposición de algunos legisladores y distritos escolares.
«Todos podemos estar de acuerdo en que nuestros estudiantes necesitan una cantidad suficiente de sueño, y que el tiempo de sueño es un factor importante en la salud general, pero mejorar el tiempo de sueño de los estudiantes requiere algo más que horas de inicio posteriores» en los institutos de enseñanza, dijo la senadora estatal Connie Leyva al diario Sacramento Bee.
Leyva y otros críticos de la medida también señalaron que el cambio de horario será una dificultad para muchos padres que trabajan y que quizás no puedan ajustar sus horarios.
Janet Napolitano, presidenta de la Universidad de California, consideró que el gobierno estatal debería llevar a cabo una prueba piloto con los horarios de inicio posteriores antes de imponerlos en los distritos escolares.
«Por mucho que empatice con los estudiantes somnolientos, también debemos considerar cuidadosamente cómo el cambio afectará a las familias y las escuelas», aseveró la académica.
Según numerosos estudios, existe un vínculo entre la cantidad de horas de sueño que tienen los adolescentes y el rendimiento escolar.
Al respecto, la Academia Estadounidense de Pediatría «reconoce que el sueño insuficiente en los adolescentes es un problema importante de salud pública que afecta significativamente la salud y la seguridad, así como el éxito académico, de los estudiantes de secundaria y preparatoria de nuestra nación».