La Autoridad de Antigüedades de Israel (AIA) presentó el domingo en el centro de Israel los restos de una ciudad construida hace 5.000 años, una de las más antiguas y más grandes del Oriente Medio en aquella época.
«Tenemos aquí una construcción urbana enorme, planificada, con calles que separan zonas residenciales y espacios públicos», dijo a la AFP Yitzhak Paz, uno de los arqueólogos encargados de las excavaciones.
Por su amplitud, se trata de un gran descubrimiento en Oriente Medio que data del periodo de la Edad de Bronce, precisó.
«En Esur (cerca de la ciudad de Hadera) es el sitio más grande y más importante (de la Edad de Bronce), su tamaño es de 650 dunums (0,65 km2), es decir, el doble de lo que conocemos», explicó Elai, otro arqueólogo.
Entre 5.000 y 6.000 habitantes «vivían aquí de la agricultura y del comercio», según las estimaciones de Yitzhak Paz, que precisó que el sitio había sido abandonado en el tercer milenio antes de nuestra era por razones desconocidas.
Las excavaciones, realizadas desde hace más de dos años y medio, han permitido también revelar otra localidad, más pequeña, antigua de 7.000 años, un cementerio, un templo dedicado a rituales religiosos. También se descubrieron fortificaciones de unos veinte metros de largo y dos de alto, explica Dina Shalem, otra arqueóloga.
Se trata de los «primeros pasos del proceso de urbanización» en esta región, que era entonces Canaán, según Yitzhak Paz.
Se encontraron alrededor de cuatro millones de fragmentos, dijo Elad, de cerámica, herramientas de zílex y jarrones de piedra y basalto, parte de los cuales procedían de Egipto. De pie frente a una mesa en la que se expusieron algunos de estos tesoros, mostró una cabeza redonda y ocre que podría haber sido utilizada como arma.
Se han descubierto otros vestigios, como figuras con rostro humano o animal. «Encontramos restos de animales quemados en un estanque de piedra en el interior del templo, prueba de ofrendas de sacrificios», dijo la AFP Itai Elad.
Las excavaciones, llevadas a cabo en el lugar con la ayuda de 5.000 jóvenes, precedieron a un proyecto de construcción de un intercambiador dirigido por Netivei Israel, empresa nacional de transporte. Debido a los hallazgos, la comisión decidió modificar sus planes para preservar el sitio.