París. Francia extrema los esfuerzos diplomáticos para cerrar disputas y lograr mañana un acuerdo universal de lucha contra el calentamiento en la cumbre del clima (COP21), que se desarrollará en tiempo de descuento, pues el cierre estaba previsto para hoy.
Tras la presentación en la noche del jueves de un nuevo borrador, el presidente de la COP21 y ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, dio un par de horas a los negociadores para que lo estudiaran y los convocó a consultas en «modo Indaba».
Este método de reunión en mesa redonda, que debe su nombre a la forma en que las tribus zulúes celebran sus reuniones y en que todos se miran a la cara, es muy común en las cumbres climáticas cuando las cosas se ponen difíciles desde la conferencia de Durban (Sudáfrica), en 2011.
Por segunda noche consecutiva las negociaciones se extendieron en París hasta cerca de las seis de la mañana y giraron en torno a los tres temas que entorpecen el entendimiento: la ambición del futuro pacto del clima, la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo al asumir responsabilidades y la financiación a estos últimos.
Así lo explicó a Efe el ministro de Ambiente peruano y «mano derecha» de Fabius en las negociaciones, Manuel Pulgar Vidal, quien indicó que, de entre todos los temas «espinosos, el de la diferenciación entre desarrollados y en desarrollo es el aspecto clave que divide a los países».
A favor de marcar con más fuerza esa diferenciación se pronunció el Grupo de Países en Desarrollo con Ideas Afines (LMDC, por las siglas en inglés), del que forman parte países como China, la India, Indonesia, Irán, Malasia, Sudán o Vietnam, y muy respaldado también por Arabia Saudí y Rusia.
Sus «duras» intervenciones incidieron en que los mecanismos de transparencia para la revisión de los compromisos de reducción de emisiones se apliquen fundamentalmente a los países desarrollados y que éstos sean los que tengan la responsabilidad de aportar la financiación climática, explicó la directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui.
La Unión Europea (UE) o Estados Unidos se oponen a que países en desarrollo con muchas emisiones no revisen sus contribuciones a un nivel similar de los desarrollados.
«No queremos reeditar viejas diferenciaciones que lleven a que los compromisos de actuación queden únicamente en manos de países -desarrollados- que solo son responsables del 35% de las emisiones. Ese no sería un buen acuerdo», señaló el secretario de Estado de Medio Ambiente español, Pablo Saavedra.
Ante el enconamiento que estaba adquiriendo el debate, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, pidió la palabra y durante quince minutos solicitó «el apoyo al proceso» de los presentes con expresiones contundentes como «lograr este acuerdo está en nuestras manos y es nuestra obligación sacarlo adelante», dijeron a Efe testigos de la reunión.
No obstante, tanto Pulgar Vidal como la exsecretaria de Estado de Cambio Climático española Teresa Ribera (hoy parte de la delegación francesa de la COP21), coincidieron en que «hubo reacciones fuertes contra algunos aspectos, pero no contra el borrador de acuerdo en sí».
Al amanecer, Fabius cerró la reunión anunciando la celebración de bilaterales con todas las partes a lo largo del día de hoy y la presentación de un acuerdo mañana sábado a las 09.00 hora local (08.00 GMT), que las partes podrán ver durante varias horas y debatir en plenario al mediodía, para su aprobación posterior por la tarde.
«Fabius ha tomado una buena decisión. Retrasar la cumbre un día no es resultado de una crisis sino de un proceso en el que él piensa que, dando este tiempo hoy viernes, podrá abordar bilateralmente las inquietudes que quedan sin resolver entre países para poder cerrar un acuerdo», aseguró Pulgar Vidal.
A su salida de una reunión bilateral con Fabius, el ministro indio de Medio Ambiente, Prakash Javadekar, valoró, en declaraciones a Efe, «el intenso esfuerzo diplomático» que está haciendo la Presidencia francesa por «escuchar a todas las partes».
«Tras hacer este ejercicio, Fabius debe imponer su autoridad y presentar un acuerdo equilibrado mañana, un documento con el que nos enfade un poco a todas las partes, porque eso significará que es un buen acuerdo», indicó a Efe una fuente de la Comisión Europea.
Todo apunta a que el ministro francés de Exteriores, que quiere dejar como legado un acuerdo global de lucha contra el cambio climático para el mundo, pasará una tercera noche de vigilia dilucidando la redacción final de un documento susceptible del consenso de todas las partes para salvar el planeta.