El brillo de la vuelta ciclística al país se pierde poco a poco
La Vuelta Ciclística a Guatemala ha vivido épocas de oro, con la participación de grandes corredores, tanto nacionales como extranjeros. En su mejor momento, llegó a ser considerada la más importante a nivel centroamericano, posición que ha perdido ante la Vuelta a Costa Rica, producto de la mala conducción de los dirigentes del ciclismo.
Redacción Crónica
La Vuelta Ciclística a Guatemala, en auge entre 1957 y el año 2000, ha mostrado una tendencia a la baja con la llegada del nuevo milenio, al extremo de que en la última década se ha suspendido o recortado su recorrido en algunas ocasiones, y cada vez hay menos corredores de renombre participando.
Este año se celebra la 55.ª edición, pero, lejos de cobrar fuerza, se ha visto un debilitamiento en la organización y convocatoria, producto de un trabajo mediocre de las autoridades de la Federación de Ciclismo, que también se han visto envueltas en escándalos y denuncias de corrupción, lo que ha impedido que se normalicen las actividades de manera plena.
Aun esta semana se decía que el recorrido de las apenas 8 etapas –una de ellas de 43 km– y 889.5 km, podría sufrir cambios por el mal estado de algunas carreteras. La Vuelta arrancará el 25 de octubre y concluirá el 1 de noviembre, como ya es toda una tradición.
Atrás han quedado aquellas Vueltas brillantes, que fueron ganadas por grandes pedalistas guatemaltecos, entre los que se pueden mencionar a Jorge Surqué (primera vuelta), Aureliano Cuque López, Saturnio Rustrián, Juan José Pontaza, Edin Roberto Nova y Luis Rodolfo Muj –el Tractorcito–, que no solo tenían calidad, sino superaban a grandes corredores extranjeros que nos visitaban.
El mal trabajo de la Federación de Ciclismo, bajo la dirección del cuestionado Alfredo Flores, es el que ha marcado el último retroceso en un proceso que se venía produciendo desde años atrás, el cual tiene que ver no solamente con el deterioro de la Vuelta, sino también con el declive que se observa en el surgimiento de nuevos valores nacional del pedal.
Hoy en día, la Federación Internacional de Ciclismo le concede la calificación de 2.2 a la Vuelta a Guatemala, la más baja a nivel de ciclismo profesional.
Campeones, de más a menos
La primera Vuelta a Guatemala tuvo lugar en 1957, tras algunos años en que se organizaban competencias internacionales, pero más cercano a iniciativas aisladas, aunque se llegó a tener lo que se llamó en su momento la Vuelta Centroamericana, con la participación de amantes a este deporte. El primer ganador fue el recordado Fraterno Vila.
Luego vinieron las Vueltas al país. De las primeras quince Vueltas al país, corredores nacionales obtuvieron 7 títulos, mientras que España (5) y Colombia (3) lograban ver coronados a algunos de sus corredores destacados, como Rubén Darío Gómez (1954-Esp), José Segú (1965-Esp) y Jorge Luque (1960-Col), quienes tuvieron otras actuaciones destacadas en competencias de gran renombre internacional.
Ese gran nivel del ciclismo guatemalteco llevó a convertir la Vuelta a Guatemala en uno de los eventos deportivos más importantes y populares del país. De ahí, que la caravana multicolor logra atraer a decenas de miles de aficionados a la orilla de la cinta asfáltica, a pesar de que hoy día hay pocos corredores nacionales destacados.
En la década de los 70, la dirigencia de ciclismo atravesó igualmente problemas, por la falta de capacidad de las autoridades de la Federación, al extremo de suspenderse las Vueltas de 1974 y 1978. Destacó la Vuelta de 1976, año del terremoto -4 de febrero-, que se corrió a pesar de que el país estaba herido, pero no de muerte, como dijera, tras la tragedia, el entonces presidente Kjell Laugerud al pueblo. En esta década –ni antes o después– nadie ha podido igualar la hazaña del colombiano José Patrocinio Jiménez, quien logró el bicampeonato (1976-1977), descollando luego en competencias a nivel europeo, en donde está el mejor ciclismo del mundo y el más competitivo.
En la década de los 80, vuelve a cobrar auge con grandes campeones nacionales y extranjeros. El colombiano Héctor Patarroyo, quien corría para el equipo nacional Café Quetzal, ahora con 58 años, recuerda en una entrevista reciente que se publicó en su país que a la Vuelta a Guatemala venían grandes pedalistas, y los locales eran también muy competitivos. Era una de las mejores pruebas por etapas del continente.
Fue en esa década, la última ocasión en que Guatemala mantuvo una fuerte pugna por ganar el podio, lo que logró en cuatro ocasiones, por intermedio de Héctor Dubón (1981), Víctor Manuel Castañeda (1983) y Edín Roberto Nova, en dos oportunidades (1984-1988).
Anécdotas
Robin Martínez, en Más Ciclismo, cuenta cómo fue que Jorge Armas se convirtió en el primer ganador de la primera etapa a la Vuelta a Guatemala. Tenía 21 años en el momento que su nombre pasó a la historia del ciclismo guatemalteco, cuando la mañana del 4 de abril de 1957 cruzara victorioso la meta del circuito, al que llamaron Liberación-Reforma, que recorrió desde el estadio Mateo Flores hacia la avenida Reforma, rodeando por la Escuela Politécnica y la Guardia de Honor; allí, Jorge Armas se lució en una fuga que le dio la victoria de la etapa con un tiempo de 3 horas 41 minutos 50 segundos, venciendo a los guatemaltecos Victor Canel, y Jorge Surqué, quien a la larga sería el campeón.
El mismo Martínez considera que una de las mejores vueltas fue la de 1984, la última que pedalistas guatemaltecos ganaron compitiendo contra equipos colombianos. Aun se recuerdan los ataques que los cuatro colombianos hacían contra Nova (Edín Roberto) en la escalada hacia Xela. Le hacían la licuadora para arrebatarle el suéter líder, pero nunca lo lograron. Eran los años de gloria para nuestro ciclismo.
Recorte de prensa en el que se destaca una de las victoria de guatemalteco Rustrián.
José Patrocinio Jiménez (derecha), ya retirado, en su natal Colombia. Es el único pedalista que ha ganados dos veces consecutivas la Vuelta a Guatemala.
El ciclismo es un deporte popular, pero la Federación de Ciclismo hace rato que no está a la altura de las necesidades, y la Vuelta a Guatemala va a la baja.
La caravana multicolor atrae a miles y miles de guatemaltecos al borde de las carreteras y a cada una de las etapas finales.