A pesar de que la Real Academia Española incorporó en su última publicación -Ortografía de la lengua española, 2010- nuevos contenidos, estos siguen a la espera de su correcta aplicación, especialmente de los que se desempeñan en el ejercicio de las letras.
Juan Carlos Ávila / javila@cronica.com.gt
Encontrar infinidad de palabras escritas de manera incorrecta en medios de comunicación escritos y televisivos, libros, revistas, vallas publicitarias, volantes, redes sociales, correspondencia, etc., no es nada raro. No es ya tan común y familiar la grafía de muchos términos (escritos de forma equivocada), que no objetamos si quiera si así se escriben o no. Aquí cabe mencionar aquella frase que dice: La costumbre es como un cable; nos vamos enredando en él cada día hasta que no nos podemos desatar.
A todos nos ha pasado alguna vez, que aprendimos algo de manera incorrecta, hasta que alguien vino providencialmente y nos sacó de nuestro error, sin poner en duda antes, ahora sí, si aquella persona estaba en lo correcto.
La Real Academia Española (RAE), según define su página oficial, es una institución con personalidad jurídica propia que tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes, no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico.
Dicha institución, en el año 2010, a través de una publicación dio a conocer cambios importantes en la ortografía de la lengua española, especialmente en el uso de aquellas formas escritas que, según la máxima autoridad de nuestra lengua, resultan innecesarias o no representan ambigüedad alguna. A pesar de que estas nuevas disposiciones están vigentes desde hace casi un lustro (sin tomar en cuenta las novedades más recientes y actualizadas), vemos que aún se siguen usando los modelos antiguos y tradicionales, lo cual es considerado un incurrimiento irregular a las normas ortográficas ya establecidas. Por lo extenso y complejo del tema, incluiremos en este apartado, sin regirnos al orden en que fueron publicadas, solamente aquellas novedades principales de la nueva edición de Ortografía de la Real Academia Española.
Los tratamientos, títulos y cargos se escribirán siempre con minúscula inicial, indistintamente de que vayan acompañados del nombre de la persona que los tiene.
a) El papa (Francisco) estuvo de visita recientemente en Cuba y EE. UU.
b) El Ministerio de Educación está a cargo del ministro Rubén Alfonso Ramírez.
c) Alejandro Maldonado Aguirre es el nuevo presidente de Guatemala.
¿De 2010 o del 2010?
Del año 1000 hasta 1999, lo correcto era usar la preposición de (sin la contracción del, formado con la preposición de y el artículo el), por razones estrictamente eufónicas. Sin embargo, del año 2000 a la fecha, lo correcto es usar la contracción del, para evitar discordancia en la combinación de + el año.
Veamos: al decir Juan nació el 25 de mayo de 2005, rápidamente nos damos cuenta de que hay cierta disonancia en la combinación de + 2005. Juan nació el 25 de mayo del 2005, es lo correcto. Invirtamos la forma: María nació el 10 de enero del 1995. Sin más, nos damos cuenta de que suena cacofónicamente la combinación del +1995. María nació el 10 de enero de 1995, es lo correcto. Por lo tanto, es incorrecto usar la preposición de si esta precede a cualquier año que sea después de 1999.
Pronombres demostrativos: este, esta, ese, esa, aquel, aquella, con sus plurales y formas neutras.
Era común leer los pronombres demostrativos con tilde (acento gráfico) cuando en una oración determinaba algo (aquí, algo puede ser persona, animal o cosa) o aludía algo ya referido.
Veamos algunos ejemplos escritos incorrectamente:
a) Este carro es mío, pero aquél es de mi hermano.
b) No comeré más manzanas, ya que éstas están podridas.
Por tratarse de palabras llanas, los pronombres demostrativos, según las reglas generales de acentuación, no deben llevar tilde nunca.
Números ordinales
¿1ro., 2do. , 3ro.; 1º, 2º, 3º…?
No resulta nada raro encontrarlos escritos de esta manera.
¿Se escriben así? Si no, ¿cómo se escriben correctamente, entonces?
Así: 1.º, 2.º, 3.º, etc. El orden es el siguiente: número, punto y la letra voladita (así se le llama al círculo pequeño que va en la parte superior, que en verdad es una letra o pequeña). En la forma femenina; es decir, primera segunda, tercera, etc., el orden es exactamente el mismo: número, punto y letra voladita, solo que en este caso la letra volada corresponde a una letra a.
Prefijos
El prefijo va unido a la palabra que le sigue, excepto si hablamos de un caso pluriverbal.
a) Expresidente
b) Ex primer ministro
c) Vicedecano
d) Ex fiscal general
En el caso de ser número, sigla o nombre propio, el prefijo va seguido de un guion.
a) Sub-20
b) Pro-Che Guevara
c) Anti-ONU
Monosílabos
Por regla general, los monosílabos no se tildan, excepto si son diacrítos.
De tal cuenta no se tildan guion, truhan, hui, Sion, frio, lio.
Recuerden, los monosílabos no solo están formados por dos letras, ya que hay palabras que, siendo diptongos y triptongos, también forman un monosílabo.
Letra o entre cifras.
Solía tildarse la letra o cuando esta se encontraba en medio de dos números, para evitar la equivocación con el cero.
4 ó 5, 23 ó 25, 30 ó 50, etc.
La confunsión entre la letra o y el cero es impensable hoy día, sobre todo si hablamos en téminos tecnológicos y digitales. De tal cuenta, lo correcto es 3 o 4, 8 o 10, 2 o 4, etc.
¿Sólo o solo?
Anteriormente, la palabra solo se tildaba únicamente cuando podía sustuirse por el adverbio solamente. Hoy, no se tilda en ningún caso.
a) Todos se han ido, solo quedas tú.
b) Tengo solo un libro.
c) Para abrir la puerta, solo tienes que empujar.
27 letras
Actualmente el alfabeto español consta de 27 letras, siendo eliminados los dígrafos Ch, Ll.
No existe ve pequeña (v), be grande (b), i griega (y) ni i latina (i).
Sus nombres son uve, be, ye, i, respectivamente.
Según las reglas ortográficas ya instauradas, hacer caso omiso a cualquier disposición emitida por la Real Academia Española, debe tomarse como una falta ortográfica.
Hasta la próxima.
La edición Ortografía de la lengua española, del 2010, incluyó cambios importantes en nuestro idioma.