En enero ingresaron al país más de US$634 millones en remesas familiares –cifra record para un mes de enero–, pero además, las proyecciones oficiales anticipan que su crecimiento continuará a lo largo del año, hasta sobrepasar la cifra de los US$9 mil millones. Todos los análisis muestran que es el factor más sólido de la economía nacional.
Ángel Ignacio Godoy
El efecto Trump no parece alcanzar a los migrantes indocumentados guatemaltecos en Estados Unidos y el pasado mes de enero el ingreso de remesas familiares muestra que sigue siendo una de los factores robustos para que la economía y el consumo interno puedan mantenerse en un año marcado por la incertidumbre a causa de la inestabilidad política del país.
En sus proyecciones, el Banco de Guatemala (Banguat), estima que las remesas familiares, que en 2017 superaron por primera vez la barrera de los US$8 mil millones, alcanzarán en 2018 US$9,052 millones, lo que significaría una variación de +10.5% con respecto al año anterior.
Las remesas no han dejado de crecer en el transcurso de los años, pero no pocos analistas llegaron a pensar que las amenazas del presidente Donald Trump podrían provocar una caída sustancial, algo que no ocurrió y, por el contrario, se ha visto más vigor en el envío de dinero desde los Estados Unidos. Algunos analistas atribuyen esta fuerza mostrada a que muchos migrantes pueden estar enviando sus ahorros por miedo a ser detenidos y perder su dinero.
En todo caso, el beneficio para la economía nacional es significativo. Basta recordar que las exportaciones de todos los productos del país no representan mucho más que las remesas. En 2017 el ingreso de divisas por las exportaciones totales fue de US$11,001 millones. Las remesas son el equivalente casi al triple de lo que venden en el exterior los productos más tradicionales: café, azúcar, cardamomo y banano.
Otros índice estables
El Banguat mantiene su expectativa de crecimiento de la economía para este año entre 3.0% y 3.8%, aunque los técnicos reconocen que el riesgo que genera la incertidumbre política puede afectar algunas variables económicas en el año, por lo que su recomendación sería la de no agitar el entorno, porque el efecto podría ser “muy marcado”.
Uno de los factores positivos en el cálculo del ingreso de remesas es que el factor político doméstico no afecta el envío de las divisas de los familiares desde los Estados Unidos.
En cuanto a la inflación, se estima que la misma se mantendrá controlada por debajo del 5%, lo que contribuye a mantener los índices macroeconómicos en niveles positivos.
Sobre el tipo de cambio, no se espera ninguna volatilidad e incluso se hará un esfuerzo por mantener el dólar dentro de un margen pre establecido para contribuir a la estabilidad del resto de variables. Por supuesto que el tipo de cambio lo apuntalan las mismas remesas, que también han permitido que el país haya fortalecido fuertemente su nivel de reservas internacionales, que el año anterior alcanzaron su nivel más alto, cuando se situó en US$11,769 millones
Peligro por la desconfianza
Uno de los factores a tomar en cuenta, es el bajo nivel de Índice de Confianza en la Actividad Económica (ICAE), apenas alcanza una puntuación de 39.85 sobre 100 puntos, lo que demuestra la incertidumbre que priva entre el sector privado nacional. Esta medición la hace el Banguat por medio de un panel de expertos del sector privado y lo hace cada mes.
Una de las apuestas del Banco Central es que la economía mundial tenga el repunte pronosticado por los organismos financieros internacionales, lo que se convierte en un factor externo importante para el país, sobre todo, si mejoran los precios de algunos productos de exportación.
En resumen, hay muchos factores positivos, pero ninguno como la buena noticia sobre el dinamismo que muestran las remesas este año… otra vez.