Escenificar al mundo de las finanzas sin aburrir ni caricaturizarlo es el desafío de «Billions», la ambiciosa serie de televisión estadounidense de Showtime que ha dado qué hablar hasta en los pasillos de las bolsas.
Tras la crisis financiera de 2008, el cine abordó el género con éxito, en particular con «La gran apuesta», «El lobo de Wall Street» o «Margin Call», pero la televisión se mantuvo mucho tiempo al margen.
Pero el mundo de las series, impulsado por una demanda sin precedentes, amplía todos los días sus límites.
«Hay tanto espacio para llenar ahora en la televisión», dijo el actor Paul Giamatti durante una mesa redonda con reporteros en Nueva York. Gracias al auge de las series, «a diferencia del cine, las personas se alegran de hacer cosas extrañas, (…) de ser más creativas».
Poco visto en televisión hasta ahora, el actor premiado con los Globo de Oro y nominado a los Óscar aceptó meterse en la piel del fiscal federal Chuck Rhoades, un abogado dispuesto a hacer caer al financista Bobby Axelrod, interpretado por Damian Lewis («Homeland»).
La serie intenta mostrar, desde dentro, las inmoralidad de la fiscalía, pero también el funcionamiento de un fondo especulativo, los famosos «hedge funds», a menudo más audaces y menos ortodoxos en sus estrategias de inversión que las compañías de gestión financiera más clásicas.
Con el columnista del diario The New York Times Andrew Ross Sorkin, autor del libro más influyente sobre la crisis financiera («Too Big To Fail»), entre sus guionistas, «Billions» va mucho más allá de los clichés sobre la testosterona, las rayas de cocaína y los coches deportivos, con los que a menudo se resume este mundo.
La investigación se vuelve más evidente durante la segunda temporada, tras una descabellada primera temporada.
«La mayoría de la gente del mundo de las finanzas está mirando la serie», dice Adam Sarhan, presidente ejecutivo de la firma de inversión 50 Park Investments, con sede en Orlando, Florida.
«Esta es la primera vez que una serie de una gran cadena se dedica al mundo de los ‘hedge funds’, que yo sepa», añade.
– Toques shakespearianos –
El personaje de Bobby Axelrod está inspirado en el inversor estadounidense Steven Cohen, atrapado en un caso de uso de información privilegiada en 2012 pero nunca sentenciado a título personal.
Fue enjuiciado por el entonces fiscal federal de Manhattan Preet Bharara, quien influyó, en parte, en la escritura del personaje de Chuck Rhoades.
La primera temporada de la serie se estrenó en Estados Unidos en enero de 2016 y la segunda en febrero de 2017, cada una con 12 episodios; se espera la tercera a principios de 2018. En América Latina están disponibles en Netflix desde septiembre pasado.
«Billions» recrea también la importancia de la psicología en el mundo de las finanzas, donde un corredor estrella puede hundirse mentalmente por una transacción perdedora.
En este mundo hipermasculino, la psicóloga Wendy Rhoades (Maggie Siff), esposa de Chuck Rhoades, juega un papel clave para estabilizar los grandes egos que conviven en Axe Capital, el «hedge fund» de Bobby Axelrod.
Su personaje está inspirado en ejemplos reales, principalmente el del psiquiatra Ari Kiev, que trabajó durante mucho tiempo con Steven Cohen para ayudar a su equipo a manejar el estrés frente a las vicisitudes de los mercados.
Más allá de las finanzas y el universo legal, la confrontación de Chuck y Bobby, con una mujer en el medio, tiene toques shakespearianos, según Paul Giamatti.
«Es un mundo tramposo, un mundo de compromiso, de hombres atraídos por su necesidad desesperada de ganar», dijo Damian Lewis en un encuentro con reporteros en Nueva York. «Y creo que es probablemente un buen reflejo de lo que sucede en las altas esferas del poder».