Gonzalo Marroquín Godoy
No me he robado un centavo de los guatemaltecos…¡uno!. Se los juro por la vida de mi madre, que está muerta. (Roxana Baldetti, vicepresidenta de la República’ 2015).
No se dejen engañar por nadie… y si alguien está haciendo actos de corrupción, que se persiga el delito, pero que no se persiga a las personas, porque la justicia es para perseguir a los delitos, pero no a las personas. (Jimmy Morales, Presidente de la República’2017).
Hay veces que cuando uno escucha algo, no sabe si reír, ponerse a llorar o simplemente sentir vergüenza ajena.
Dos frases para competir en campeonato de memes –como ya lo hacen–, porque no solo llaman a la risa, sino tienen gran capacidad para generar diferentes sentimientos: pena ajena, vergüenza nacional y reflexión sobre nuestra capacidad para elegir autoridades.
La de Baldetti llega en momentos en que la administración del PP y ella en lo particular, eran señaladas hasta la saciedad por actos de corrupción. En ese entonces el tema era el de la famosa agua mágica para sanear el lago de Amatitlán, algo cuestionado y dudoso desde su inicio, hasta que, como sucedió, se comprobó que se trataba de una gran estafa.
La ex vicepresidenta se caracterizó por sus frases chistosas que la pintaban de cuerpo entero, como alguien poco culta y que para colmo de males, habla de más, sin pensar, meditar o medir lo que dice. Todavía se recuerda que Baldetti rebatió una documental dramática presentada por la BBC sobre las condiciones del hospital Federico Mora –para enfermos mentales–, aduciendo que lo habían remodelado y estaba rebonito o, cuando dijo que viajar a Europa es mas barato que ir a Petén.
Pero lo que parecía imposible ha sucedido y muy pronto. Aquellos disparates de Baldetti, que parecían imposible que encontraran competencia en el mundo de la política, muy pronto se ven desafiados, esta vez por el presidente Jimmy Morales, un hombre acostumbrado a los chistes y, seguramente por eso, de palabra fácil y sin mucho pensar.
Ya había metido la pata en una entrevista con un periodista del New York Times por una frase que ofendió a migrantes y miles de guatemaltecos. Cuando el colega le preguntó sobre la pretensión de Trump de construir un muro en la frontera para controlar la migración, el presidente Morales le respondió: Al señor que propone construir un muro le ofrezco mano de obra barata. Y luego agregó: Tenemos muy buena mano de obra y con mucho gusto le construimos, nos dice las dimensiones y tenemos capacidades para hacerlo.
Los errores, metidas de pata o resbalones como quieran llamarse, los puede cometer cualquiera, pero cuando hay consistencia en esta actitud, es peligroso para gobernantes y altos funcionarios. Tal vez lo más prudente fuera que hablaran menos y pensaran más, para que no le suceda como en otro mensaje en el Teatro Nacional, cuando el Presidente dijo: ¿Hemos hecho las cosas mal? Sí, las hemos hecho. Queremos tapar el dedo con un sol… queremos tapar el sol con un dedo… y búrlense de mí, no me importa. La risa de los presentes llegó a crear un momento incómodo para la mesa directiva de aquel acto ante grupos de empresarios.
Que los gobernantes de una Nación aparezcan en memes con este tipo de frases que se vuelven célebres en las redes sociales, no es gratificante para nadie. La famosa chispa chapina sale a relucir de inmediato, colocando dentro de los videos –fieles y crueles testigos de los hechos y dichos–, risas, burlas y personajes cómicos que aumentan la hilaridad de aquellas frases que rompen con el marco de seriedad y responsabilidad que debieran ser inherentes a tan altos cargos públicos.
No estaría mal que alguien le aconseje al presidente Morales que ya es tiempo de dejar la improvisación con la que tenía algún éxito en el mundo de la farándula y la comedia, donde una metida de pata podía –incluso– mejorar el libreto. Él debe saber que cada palabra que diga será escudriñada, escuchada e interpretada en toda su dimensión.
Es mejor boca cerrada que muchas palabras mal empleadas.