Retirar los ganglios en las cercanías del tumor en pacientes afectados por un melanoma, un cáncer agresivo de piel, no prolonga su vida, señala un estudio clínico publicado el miércoles en la revista médica estadounidense New England Journal of Medicine.
Actualmente, desde que se realiza un diagnóstico de melanoma, los ganglios alrededor del tumor son por lo general extirpados y se les efectúa una biopsia para saber si el cáncer ha comenzado a extenderse.
El estudio difundido este miércoles, llevado a cabo sobre más de 1.900 pacientes afectados por un melanoma, es el más vasto realizado hasta el momento sobre este procedimiento y su impacto sobre las posibilidades de supervivencia, comparado con los pacientes que no fueron sometidos a esta intervención.
«Los resultados de este estudio van a llevar a una clara disminución del número de intervenciones en el mundo para retirar los ganglios cercanos al tumor», prevé Mark Faries, codirector del programa sobre melanoma y de cirugía del cáncer asociado al Instituto de Investigación del centro médico Cedars-Sinai, en Los Angeles.
También tendrán influencia sobre «gran número de ensayos clínicos sobre el melanoma así como sobre las terapias contra este cáncer», señaló.
Los pacientes «podrán evitar importantes efectos secundarios derivados de esta intervención quirúrgica» y quedarán «más claras las cosas para la puesta a punto de nuevos tratamientos», estimó Omid Hamid, director de investigación en inmuno-oncología y codirector del programa de cánceres cutáneos en el Cedars Sinai.
Faries destaca sin embargo que la ablación de los ganglios puede tener ciertas ventajas clínicas, al permitir a los médicos valerse de una biopsia para evaluar mejor la extensión del tumor y determinar el tiempo durante el cual el cáncer para de propagarse.
Cerca de 25% de los pacientes a los que se les extirparon los ganglios padecen una linfadenitis, una inflamación de una parte más o menos importante del cuerpo debida a la acumulación de líquido linfático en los tejidos conjuntivos, mientras la proporción es de sólo 6% en el grupo de enfermos que no fueron objeto de esta operación, indica el estudio.
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