Un carro tirado por dos purasangres consiguió este jueves plantar cara a un bólido de más de 600 caballos de potencia, en una carrera con aires de Ben-Hur que los dos animales solo perdieron por un puñado de segundos.
Los dos caballos salieron de todas formas con algo de ventaja: el Ferrari tenía que recorrer media vuelta más de distancia en el estadio, utilizar la parte exterior del recorrido, con más arena bajo las ruedas y sin poder utilizar ningún sistema electrónico de control de tracción.
La insólita apuesta deportiva tuvo lugar en el parque de atracciones Cinecitta World, en las afueras de Roma, donde se filmó una nueva versión de Ben-Hur en 2016.
La arena entró en el sistema de frenado del bólido, lo que convirtió la carrera en algo complicado para su piloto.
Pero el conductor del carro, que se vistió de romano para la ocasión, las vueltas también tenían sus dificultades.
«Cuando los caballos ven la curva se creen que pueden irse al establo, y no quieren girar», explicó.
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