- El encuentro, celebrado en Montilivi, terminó en empate 1-1, tras un duelo marcado por la intensidad, el nerviosismo, decisiones arbitrales polémicas y una reacción madridista en la segunda mitad.
En la primera parte, el Girona logró adelantarse justo antes del descanso. El gol vino de un zurdazo de Azzedine Ounahi tras una transición rápida, dejando al Madrid con mucho por reponer en la segunda mitad.
Previamente, el Madrid había visto cómo se le anulaba un gol a Kylian Mbappé por una supuesta mano previa, acción revisada por VAR, lo que generó polémica.
En el minuto 67, tras una falta dentro del área sancionada como penalti, Mbappé se encargó de ejecutarlo con calma y logró el empate que reflejaría el marcador final 1-1.
En los minutos finales, el Real Madrid buscó el triunfo con intensidad —con llegadas de Vinícius Júnior y Rodrygo, entre otros—, pero no logró materializar ninguna ocasión clara que le diera la victoria.
Qué dejó el empate, fortalezas, deficiencias y consecuencias
Lo que sí funcionó para el Real Madrid
Reacción tras un golpe en silencio. El gol del Girona justo antes del descanso podría haber quebrado al equipo, pero reaccionó bien: asumió la necesidad del partido, corrigió errores y encontró su gol con convicción.
Mentalidad de pelea. A pesar del gol anulado y la desventaja parcial, el Madrid mostró carácter, continuó atacando y creyendo hasta el final, lo que habla de una plantilla comprometida.
Ritmo ofensivo y desborde. Con jugadores de perfil ofensivo (Mbappé, Vinícius, Rodrygo), generó varias opciones en la segunda mitad. La insistencia frenó el avance del Girona.
Lo que quedó en deuda
Inicio blando y errores defensivos: conceder un gol justo antes del descanso es síntoma de desconcentración, quizás exceso de confianza o despistes en transición. Eso penaliza mucho cuando el rival está bien plantado.
Dependencia de decisiones arbitrales y fortuna: el gol anulado a Mbappé por mano y la acción del penalti ponen en evidencia que, en partidos cerrados, cualquier detalle —VAR incluido— puede cambiar el curso del resultado. Si no se aprovechan las ocasiones limpias, el riesgo crece.
Falta de contundencia ofensiva final: aunque buscó con insistencia, el Madrid no supo rematar con claridad las opciones claras del segundo tiempo. Eso muestra que aún le cuesta romper defensas ordenadas.
Comunicación defensiva y organización tras pérdida: el gol del Girona vino tras una transición veloz; el Madrid mostró vulnerabilidad al retroceso defensivo, lo que puede ser peligroso ante rivales rápidos en contraataque.
Qué significa este resultado para la temporada
Para el Real Madrid: el empate representa una oportunidad perdida. Con un calendario tan apretado y una lucha por el título pareja, dejar puntos contra equipos “medianos” fuera de casa puede pesar al final.
Para el Girona: el punto es valioso. Levantarse ante un gigante como el Madrid, marcar de visita y mantenerse en pelea por objetivos intermedios fortalece la moral del equipo.
En el contexto general de LaLiga: estos tropiezos del Madrid suman presión, especialmente si sus rivales directos consiguen imponer regularidad. Los empates en cancha rival pueden salir caros cuando la lucha por el liderato está tan cerrada.
