- El sorteo final del Mundial 2026 se celebrará el 5 de diciembre de 2025 en el Kennedy Center, en Washington D. C. La ceremonia comenzará a las 12:00 hora local.
El sorteo del Mundial 2026 es mucho más que un acto formal para definir grupos es un símbolo de poder, un acto diplomático y un espectáculo diseñado para proyectar la Copa del Mundo como un evento global de gran envergadura política y mediática.
El papel de Donald Trump en el cambio de sede y la celebración en un centro cultural tan emblemático no es casual, sino parte de una estrategia más amplia que fusiona deporte, imagen institucional y poder simbólico.
Cambio de sede: de Las Vegas a Washington
Inicialmente, se hablaba de realizar el sorteo en Las Vegas. Pero finalmente se decidió moverlo al Kennedy Center en la capital de EE.UU. La influencia de Donald Trump ha sido clave en esta decisión. Hay reportes que indican que Trump “alentó” a Gianni Infantino, presidente de la FIFA, a cambiar la sede.
Trump tiene una relación directa con el Kennedy Center: como presidente del centro, su papel parece ir más allá de lo meramente protocolario.
Aspectos organizativos y simbólicos
Según el anuncio de FIFA, además de delegaciones de selecciones y medios, habrá aficionados representando a cada una de las 16 ciudades anfitrionas (en EE.UU., Canadá y México) que podrán asistir mediante una lotería para entradas gratuitas, incluso con experiencia VIP.
El retiro del lugar a Washington no es simplemente logístico tiene un componente simbólico fuerte. El Kennedy Center es un centro cultural y emblemático, lo que convierte el sorteo en un acto con peso institucional y mediático.
Según documentos filtrados y reportes, la FIFA ocupará el Kennedy Center “gratis”, lo que ha generado polémica interna, pues el centro normalmente cobra por sus espacios.
Relaciones políticas
En la conferencia de prensa donde se anunció el sorteo, Trump estuvo junto a Infantino. Se ha sugerido que su cercanía con la FIFA no es meramente simbólica, sino estratégica.
Además, durante el evento se presentará el primer “Premio FIFA por la Paz” (“FIFA Peace Prize – Football Unites the World”), que será entregado el 5 de diciembre en ese sorteo. Esto le da una capa diplomática y de “marca moral” al acto.
Política y diplomacia deportiva
La elección de Washington y del Kennedy Center no es neutra: proyecta la imagen del Mundial como un evento global con resonancia política. Al hacerlo en la capital, se refuerza la idea de que el fútbol no es solo un negocio, sino también un puente diplomático. La presencia de Trump y la creación del Premio por la Paz apuntan a una mezcla de deporte y diplomacia pública.
El hecho de que parte de los asistentes sean aficionados representantes de las ciudades anfitrionas también refuerza el vínculo entre la organización del torneo y su base local.