EN LA JUGADA | Si la estructura no mejora los fracasos seguirán llegando


Se ha repetido hasta la saciedad que la estructura actual del fútbol guatemalteco no ayuda para el desarrollo, pero eso no es de ahora sino de siempre y estoy convencido que es la causa principal del pobre rendimiento a nivel internacional.


Hugo Castillo Aragón

El ánimo del país, opaco y lleno de incertidumbre por la crisis económica, de inseguridad y de corrupción gubernamental que vivimos, es difícil de aliviar y se ve muy difícil que salgamos adelante en el corto y mediano plazo por lo que toca aguantar hasta las próximas elecciones para que la esperanza reviva.

En el fútbol pasa lo mismo, cada cuatro años la esperanza renace y el eterno sueño de asistir por primera vez a una Copa del Mundo es la gasolina que alimenta el motor de las emociones de una nación que ha visto pocos logros deportivos, escasos diría, salvo hazañas de ciertos deportes individuales.

El país y el fútbol navegan a la deriva, pero es justo en este momento revisar las que podrían ser causas para que la clasificación se haya escapado de las manos cuando estábamos a dos juegos de lograrla.

Se ha repetido hasta la saciedad que la estructura actual del fútbol guatemalteco no ayuda para el desarrollo, pero eso no es de ahora sino de siempre y estoy convencido que es la causa principal del pobre rendimiento a nivel internacional.

Es sin duda la asignatura pendiente, mejorar lo que rodea al deporte más popular que es capaz de poner el ánimo de la mayoría de la población por los suelos si las cosas no salen bien tal y como sucedió hace pocos días en donde la euforia se convirtió en pesadilla, pasamos del cielo al infierno en 90 minutos a manos de los panameños a quienes hace más de 40 años nos dábamos el gusto de golear sin piedad.

Los días pasan y los lamentos se hacen cada vez más intensos, pero es importante analizar no solo la forma sino también el fondo y aunque es triste ver a un utilero llorando cuando recogía las pelotas en la cancha de El Trébol, imagen que se hizo viral a nivel global o las lágrimas de los niños, es más relevante decir que la culpa en esta ocasión no la tienen ni el cuerpo técnico ni los jugadores, así de claro.

Los seleccionados son producto de la estructura fallida y el cuerpo técnico usa lo que tiene a su disposición tanto en el territorio nacional como afuera porque en los últimos años un jugador que nació en el extranjero y tiene por lo menos 1% de sangre guatemalteca puede optar a ponerse la camisola azul y blanco, lo cual es válido, pero refleja el fracaso de los equipos en producir jugadores.

Acá está el punto clave de todo este asunto, tener una liga profesional débil, con más carencias que cosas positivas, que vive de la inmediatez y está sumida en una seria crisis económica que pocos miran y pocos se atreven a evidenciar.

Los equipos producen pocos jugadores y no han entendido que si invierten en sus canteras hasta podrían tener un negocio próspero como sucede en otras realidades no tan lejanas donde han entendido que si mejoran la calidad de sus jugadores todo se hace más fácil y eso repercute en el buen nivel de las selecciones nacionales, así de simple.

Nos pasa lo contrario porque la mayoría de los equipos de la Liga Nacional y de la Primera División tienen las prioridades de cabeza y en muchos casos es la política la que domina ya que alcaldes y diputados sueñan con la foto junto al equipo levantando la copa para hacerse de unos votos extra, nada más.

Tampoco debemos ser injustos porque en algunos casos equipos como Municipal, Antigua GFC y quizá Xelajú MC han hecho algo por parecerse a un equipo normal pero no basta, se necesita más y más.

Además, la presencia de jugadores extranjeros de escaso nivel no ayuda y se ha dicho hasta el cansancio que con dos foráneos por equipo bastaría y sobraría para abrir oportunidades a las canteras.

De la infraestructura ni hablemos, no existe, salvo escasos ejemplos, ya que se gasta a manos llenas en otras cosas antes que en mejorar la casa de la mayoría de los equipos que viven arrimados en estadios municipales que son usados para lo que se le ocurra al político de turno.

Canteras, infraestructura y sentido común son tres aspectos que mejorarían el deporte, pero no se puede de la noche a la mañana, es un proceso que deben tomar como bandera los actuales federativos que pueden hacer historia, y a partir de este momento redefinir el futuro del fútbol, que en serio, incide en el ánimo nacional.

Las lágrimas de cada cuatro años ya son parte del paisaje porque todo sigue igual y nada cambia. El futuro es incierto, pero puede ser mejor si se piensa diferente. Nada más. hugocastillo68@gmail.com


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