Cada vez que le hablen de defender la supuesta democracia de la que “goza”, le sugiero recordar estas definiciones y decidir si acepta que le den atole con el dedo, o si prefiere reflexionar para tomar una posición crítica al respecto.»
José Alfredo Calderón E. (Historiador y analista político)
Con la proximidad de las elecciones de segundo grado, se ha reactivado la defensa de lo que muchos llaman democracia en Guatemala. Para el efecto, toman como referencia a los griegos, ignorando que la sociedad esclavista de esa época se reservaba todo tipo de derechos exclusivamente para aquellos ciudadanos que tenía patrimonio, especialmente esclavos. La gran mayoría eran considerados “animales parlantes”, frase acuñada por Aristóteles.
Ya por estos lares, el concepto fue común en el siglo XX, sobre todo, a partir de los 10 años de la llamada Primavera Democrática. Luego volvió la noche oscura que durante décadas vivimos, y de 1954 a 1985, hablar de democracia era un mal chiste, pues esos 31 años fueron de dictadura militar y el único rasgo que pudiera parecer democrático, eran las elecciones más o menos periódicas y que, por supuesto, eran totalmente controladas por los militares. Al respecto, recuerdo lo que me decía mi padre: “Mijo, para conocer al próximo presidente, solo fíjate en el ministro de la Defensa de turno”.
Modificar y/o adecuar los resultados electorales carecía de todas las formas, pues fue común y visible que los soldados secuestraban urnas, quemaban los votos que no convenían y la soldadesca los restituía con el candidato designado. En este lapso, solo hubo un gobierno civil, formalmente hablando, porque no mandaba en nada (1966-1970).
En 1984, con la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente dentro de un gobierno militar de facto, como también lo fue en 1965, algunos constituyentes y otros cuadros profesionales de la época tomaron conciencia que no se podía hablar de democracia de la noche a la mañana; fue entonces que se inventaron un simpático término: “Apertura Democrática”, es decir, algo que no es democracia, pero tampoco dictadura. Este fue el escenario que dio vida al primer gobierno civil, ahora sí, pero con muchas limitaciones que ya he explicado en otros artículos.
De 1985 a nuestros días, presenciamos algo que se parece al concepto democrático, pero en términos estrictamente formales. Veamos algunos elementos de la verdadera democracia:
- Es un sistema de gobierno donde el poder reside en el pueblo, quien lo ejerce directamente o a través de representantes elegidos, concepto que implica la participación ciudadana, el respeto a los derechos humanos y la igualdad de todos ante la ley. Le pido a mis lectores un ejercicio ciudadano honesto para evaluar esta primera característica y dar su veredicto.
- También, se caracteriza por la soberanía popular ya que el poder político reside en el pueblo, no en un monarca, dictador o élite. Favor reflexionar en este último término, “élite”, que, para el caso de Guatemala, deviene casi en una monarquía; ni siquiera constitucional, como en algunos países de Europa.
- Participación ciudadana: Los ciudadanos tienen el derecho y la posibilidad de influir en las decisiones políticas, ya sea a través del voto, la participación en debates, la creación de organizaciones, la presión social y la auditoría ciudadana. En otras palabras, el ejercicio democrático es permanente y no cada 4 años.
- Elecciones libres y justas: Los representantes del pueblo son electos en elecciones periódicas, libres de fraude y coerción. Al respecto, sería conveniente que, en primera instancia, diga si conoce a sus representantes y qué tanta comunicación tiene con ellos. Respecto a los comicios libres y justos, la respuesta es obvia para el caso de la ex Capitanía General del Reino.
- Estado de derecho: Las leyes se aplican de manera justa e igualitaria para TODOS, y el gobierno está sujeto a la ley. Favor verificar la teoría con la realidad, para validar este otro ítem.
- Protección de los derechos humanos: Se garantizan libertades fundamentales como la libertad de expresión, de reunión y de asociación, así como la protección contra el racismo y la discriminación; se respeta la dignidad humana y se observa el cumplimiento efectivo de todas las garantías consignadas en la Constitución de la República. Ni pensar en un Estado que criminaliza, persigue y penaliza a sus ciudadanos por el simple hecho de ejercer sus derechos y el de sus semejantes. La evaluación de este ítem no creo que sea muy difícil.
- División de poderes: Los diferentes organismos del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, tienen funciones separadas para evitar la concentración del poder y, esos límites, se respetan incondicionalmente.
- Respeto a las minorías: La democracia no solo se basa en el principio de la mayoría, sino también en la protección de los derechos e intereses de las minorías. Validar los consensos, pero respetando los disensos.
Cada vez que le hablen de defender la supuesta democracia de la que “goza”, le sugiero recordar estas definiciones y decidir si acepta que le den atole con el dedo, o si prefiere reflexionar para tomar una posición crítica al respecto.
La amenaza real no es perder la caricatura que se tiene, sino mantener una ilusión que consolida la dominación material, ideológica, política y espiritual que se padece.
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