Cachorros se imponen y alargan la serie a un cuarto duelo

  • Milwaukee viajaba con ventaja 2-0 en la serie, buscando barrer. Chicago urgido de vida en postemporada, con la presión de no permitirse caer ante su público pero saca fuerzas y se impone 4-3 en el tercer juego de la serie.

Milwaukee abrió el juego con un sacrifice fly de Sal Frelick que impulsó a Christian Yelich, para adelantarse 1-0. Pero los Cubs respondieron al instante: Michael Busch conectó un jonrón solitario como bateador inicial, igualando el partido 1-1.

Fue una entrada explosiva con el juego empatado, Pete Crow-Armstrong conectó un sencillo que impulsó a Nico Hoerner y Kyle Tucker, colocando 3-1 arriba a Chicago. Una combinación de oportunismo ofensivo y presión temprana.

Los Cerveceros intentaron responder en esa misma primera entrada, una jugada caótica con golpe de lanzamiento descontrolado (wild pitch) permitió que Ian Happ anotara desde tercera, ampliando el marcador a 4-1 para los Cubs.

En la cuarta entrada, Jake Bauers impulsó una carrera con imparable que recortó la diferencia a 4-2. Luego, Bauers conectarìa otro jonrón hacia el séptimo inning, para acercar aún más: 4-3.

Sin embargo, ese empuje ofensivo no fue suficiente para superar el control que Chicago mantuvo sobre el resto del juego. El bullpen de los Cubs se encargó de contener la amenaza cervecera y preservar la ventaja.

Milwaukee intentó abrir oportunidades, colocar corredores, presionar con hits sueltos, pero nunca consiguió el golpe decisivo. Chicago ganó el juego y obligó a la serie a continuar en su casa, al menos por un día más.

Chicago presentó su faceta más agresiva

Abrir con un rally ofensivo en el primer inning fue clave. Psicologicamente, golpear temprano en casa en una serie adversa puede encender la esperanza. Busch, Crow-Armstrong y Tucker combinaron para forzar desde el inicio. Milwaukee quedó en desventaja frente al choque inesperado de intensidad.

La resiliencia de Milwaukee, pero sin cerrar

Aunque perdieron el juego, los Cerveceros mostraron carácter: nunca desaparecieron, presionaron, buscaron respuestas. Bauers fue símbolo de esa lucha: doble producción (imparable impulsor + jonrón) para intentar remontar. No les faltó corazón, pero sí continuidad.