La braza es ahora del Congreso: hoy debe empezar elección de magistrados

  • Restan apenas 13 días para que tenga que llevarse a cabo el cambio de magistrados en la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y las bancadas aún hacen negociaciones.

La elección de magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y Cortes de Apelación, está en manos de los 160 diputados del Congreso de la República, que deben escoger a partir de este jueves entre los candidatos enviados por las Comisiones de Postulación, tras el controversial proceso de selección con poca o ninguna exigencia sobre la reconocida honorabilidad de los aspirantes.

La braza de la elección de magistrados del Organismo Judicial (OJ), ha pasado de las Comisiones de Postulación al Congreso de la República, encargado de elegir a los 13 magistrados de una nueva Corte Suprema de Justicia y los 135 magistrados de las Cortes de Apelaciones, todo, en medio de la peor crisis de independencia que ha vivido la justicia guatemalteca en la era democrática.

La elección de los magistrados no solo es de suma importancia por el papel que juegan en la justicia del país, sino también porque ocurre en medio de un contexto complejo marcado por acusaciones de corrupción, tráfico de influencias, y presiones políticas en todas las instituciones del sector, cooptado plenamente por fuerzas oscurantistas.

Mientras la expectativa por esta elección aumenta a nivel doméstico e internacional, diversas facciones dentro del Congreso ya han comenzado a negociar el apoyo a ciertos candidatos, mientras que otros sectores expresan preocupación por la influencia de actores externos, como Gustavo Alejos un operador político que ha sido señalado de intervenir en anteriores procesos como el actual.

Los diputados tienen hasta el 12 de octubre para tomar una decisión sobre los nuevos magistrados, y el proceso ha estado plagado de tensiones políticas internas. Diversos bloques parlamentarios, incluidos aquellos liderados por figuras como Allan Rodríguez y Luis Aguirre, han empezado a consolidar alianzas para impulsar a sus candidatos preferidos. Sin embargo, la situación se complica debido a la fragmentación de alianzas y la existencia de grupos de poder dentro del Congreso, como el grupo relacionado con los primos Carlos y Julio López, quienes han sido vinculados al abogado Roberto López Villatoro, conocido como El Rey del Tenis, un personaje clave en el tráfico de influencias en las elecciones judiciales

Además, las Comisiones de Postulación aun enfrenta desafíos judiciales, como amparos interpuestos por candidatos excluidos que alegan irregularidades en el proceso de selección. La controversia sobre la transparencia de la elección continúa, y la prensa ha reportado que varios comisionados han sido señalados por su proximidad a operadores políticos, lo que genera dudas sobre la idoneidad de los aspirantes.  Para muchos observadores, fue evidente que en las Comisiones de Postulación se hicieron grupos de antidemocráticos, encabezados por magistrados, el decano de la USAC y algunos delegados del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (CANG).

El Congreso tiene la responsabilidad no solo de elegir a los magistrados, sino de hacerlo con un alto sentido de responsabilidad y transparencia, dadas las implicaciones que estas decisiones tendrán para el país. La elección de magistrados confiables y competentes es crucial para fortalecer el sistema judicial, combatir la corrupción y restaurar la confianza de la población en las instituciones. Sin embargo, con las negociaciones políticas en marcha, el reto para el Congreso será balancear las presiones y asegurar un proceso limpio y transparente.

En los próximos días, la atención estará puesta en cómo se desarrollen las negociaciones dentro del Congreso y qué bloques parlamentarios logran imponer su influencia en el proceso de selección. El resultado de esta elección definirá el rumbo de la justicia guatemalteca en los próximos años.

El oficialismo, por un lado, y los grupos que antes formaron la alianza oficialista de Alejandro Giammattei, librarán seguramente una batalla más, como las que han librado en los pasados ocho meses.  Del resultado de esta elección depende si Guatemala cambia de rumbo o la justicia sigue siendo parte de la impunidad y corrupción imperantes.

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