Ricardo Trotti (SIP): «A menos libertad de prensa… más autoritarismo»; el caso de Guatemala

  • La sociedad Interamericana de Prensa (SIP), lleva un monitoreo permanente sobre la situación de libertad de prensa en cada país de América.  En el caso de Guatemala, ha manifestado su preocupación por lo que viene ocurriendo, e incluso le ha expresado de manera directa su preocupación al presidente Alejandro Giammattei. En esta entrevista se aborda el tema.

El periodista Ricardo Trotti, director Ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa, conoce como pocos la realidad sobre la libertad de prensa en el Hemisferio.  Ha visitado todos los países y ha discutido con gobiernos sobre los atentados que se comenten en contra de la prensa independiente. 

Con él, Crónica ha conversado sobre lo que está sucediendo el país, en donde el autoritarismo es cada vez más evidente, al extremo que instituciones como la CIDH (de la OEA), ve a Guatemala muy parecido a Nicaragua y Venezuela en muchos aspectos.

A continuación, lo más destacado de la entrevista:

¿Por qué sostiene la SIP –en la declaración de Chapultepec–, que sin libertad de prensa no puede haber democracia?: Parto de la premisa de la fórmula de lo inversamente proporcional para medir el nivel de libertad de prensa y autoritarismo político en cualquier país. A menos libertad de prensa, más autoritarismo; o a más libertad de prensa, menos autoritarismo.

La Declaración de Chapultepec se refiere a la simbiosis de la libertad de prensa y la democracia como un “binomio indisoluble”. Un binomio fundamental que se formuló como garantía constitucional desde mediados del Siglo 18 en las constituciones europeas y en las americanas, para que los seres humanos puedan expresarse libremente, compartir ideas, opiniones e información; investigar, preguntar, consultar y disentir sin que se les restrinja o castigue por ejercer sus derechos a las libertades de expresión y de prensa.

La Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, inspirada en la Declaración de Chapultepec, recoge en su preámbulo que “la consolidación y desarrollo de la democracia depende de la existencia de libertad de expresión”, y que “cuando se obstaculiza el libre debate de ideas y opiniones se limita la libertad de expresión y el efectivo desarrollo del proceso democrático”.

Trotti es uno de los periodistas del hemisferio que mejor conoce la realidad de la libertad de prensa.

Los matan por informar, los encarcelan por informar o salen al exilio por informar… ¿Eso ha sido y es común en Latinoamérica?: Cada vez es más común que en nuestra región se persiga el periodismo desde el poder político, grupos al margen de la ley y políticos regionales. La forma de atacar a periodistas ha cambiado en algunos casos.

Por ejemplo, en Nicaragua y Cuba, entre otros países, se han apertrechado de leyes que utilizan para perseguir a periodistas y medios independientes. En otros países, sin importar ideologías políticas, Brasil, Perú, Argentina, Venezuela, Bolivia, El Salvador, México, Costa Rica, Guatemala y en Estados Unidos en la época de Trump, los presidentes estigmatizan a los periodistas con la intención de convertirlos en actores políticos y así los pueden desprestigiar y agredir -incluso con trolles y espionaje- como si fueran miembros de la oposición. En muchos casos, estas campañas de desprestigio incentivan la violencia en contra de medios y periodistas, como sucede en México donde centenares de periodistas han sido asesinados en las últimas décadas. También ese nivel de violencia es muy alto en países como en Brasil, Colombia, Honduras, el número de colegas que han perdido la vida por informar es bien alto.

¿Quiénes asesinan y quienes persiguen a los periodistas?: La violencia contra los periodistas es el principal desafío de la prensa libre. Hasta lo que va de este año, han sido asesinados 30 periodistas: 18 en México, 3 en Haití, 2 en Ecuador, en Honduras y Colombia y 1 en Brasil, en Guatemala y en Chile. La violencia lesiona y enluta al periodismo latinoamericano que tiene como principales ejecutores a sicarios del narcotráfico y delincuentes del crimen organizado vinculados a funcionarios públicos.

Aún peor es la impunidad, la falta de justicia que impide identificar y castigar a los autores materiales e intelectuales de estos crímenes.

La violencia se ejerce más en contra de los periodistas más vulnerables, en especial en zonas de los países más desprotegidas por los gobiernos. De este contexto, emerge la necesidad de crear más y mejores sistemas de protección para periodistas.

¿Por qué cree que las dictaduras tratan siempre de mantener control de la prensa?  ¿Es común que esto suceda en los regímenes autoritarios?: Los autoritarios se ensañan contra la prensa como institución, de la misma forma que lo hacen contra las instituciones que dependen de los otros dos poderes públicos, el Legislativo y el Judicial. El orden de los ataques puede variar según el contexto, pero, invariablemente, siempre se suceden casi en simultáneo. La intención siempre es controlar a los demás poderes y convertir al Estado en un gobierno personalista, del más fuerte. Controlar lo político, es decir las instituciones del Estado es una tarea más fácil que doblegar a la prensa y a las redes sociales, en el contexto de hiperactividad digital. Para ello los gobiernos se nutren de leyes con los que puedan ejercer control y castigos, muchas veces penales.

Hay una diferencia con las dictaduras. El autoritarismo es la primera fase del control y hay varios ejemplos o niveles de autoritarismo en América Latina. Suele variar el nivel de autoritarismo según las resistencias de los demás poderes y del contrapoder o la prensa. Si los autoritarismos no son detenidos a tiempo, pueden degenerar en dictaduras. Toda dictadura comienza con signos de autoritarismos que se van afianzando. Son como nubarrones que se acumulan antes de la tormenta. 

La dictadura se da cuando se afianza el autoritarismo sobre todos los poderes públicos y los derechos ciudadanos. Cuando el gobierno, como Estado, se apodera de todo, amenaza a los díscolos y no se doblega ante la presión internacional. Nicaragua es la versión más nueva de dictadura y Cuba la más vieja en nuestro continente. En el medio está la Venezuela.

En el caso de Guatemala y puntualmente el de José Rubén Zamora.  La SIP envió una carta al presidente Alejandro Giammattei.  ¿Hubo alguna respuesta oficial o alguien del gobierno hizo contacto con ustedes?: Sí, le enviamos una carta al presidente Alejandro Giammattei el 18 de agosto y le copiamos al Ministerio Público. A la fecha, no hemos recibido respuesta, ni siquiera acuse de recibo, lo que evidencia un signo de arrogancia. Precisamente en la carta citamos el primer principio de la Declaración de Chapultepec, el cual afirma que “no hay personas ni sociedades libres sin libertad de expresión y de prensa” y subraya que “el ejercicio de esta no es una concesión de las autoridades; es un derecho inalienable del pueblo”.

La gobiernos autoritarios tratan de limitar el flujo informativo y controlar o reprimir a la prensa independiente.

Pedimos también que mientras Zamora esté encarcelado se respeten sus derechos, se garantice su seguridad física y el debido proceso, es decir que cuente con un proceso judicial independiente y justo.

Zamora es uno de los 50 héroes del periodismo del siglo XX por el International Press Institute, ganó el prestigiado premio María Moors Cabot y algunos más a nivel internacional y algunos a nivel nacional. ¿Es fácil obtener este tipo de galardones o se requiere de cualidades particulares?

Zamora ha sido distinguido con numerosos galardones internacionales por su trabajo periodístico de excelencia y las investigaciones profundas de elPeriódico que desde hace muchos años han sacado a luz pública asuntos que grupos de poder pretendieron y pretenden silenciar. Indagar, confrontar, divulgar y transmitir información de interés público, le ha traído problemas y por eso hoy está encarcelado y elPeriódico estáasediado. Es precisamente todo lo contrario que debe pasar en una sociedad democrática, según lo recoge la Declaración de Chapultepec. Lamentablemente, tanto como él, hay otros periodistas en las Américas a los que se les impone acusaciones de delitos excarcelables, como es el de lavado de dinero, con la excusa de que tengan que seguir su propio proceso desde la cárcel, lo que contraría el derecho a la defensa.

La SIP no pide privilegios para los periodistas y reconoce que nadie está por encima de la ley.  Por lo que sabe de este caso, ¿ve como algo “normal” la acusación, captura y encarcelamiento del periodista que más denuncias de corrupción ha hecho en Guatemala?

Actos irregulares de esta magnitud suelen ser más comunes en países como Nicaragua, donde actualmente están presos desde el año pasado tres periodistas y tres directivos del diario La Prensa, acusados por delitos de lavado de dinero y traición a la patria, al igual que en casos de dos periodistas apresados en Cuba. A todos se les acusó por delitos que nada o poco tienen que ver con el periodismo (para evitar ser señalados como violadores de la libertad de prensa), se les capturó y condenó a elevadas penas de prisión sin el debido proceso judicial. Además de encarcelarlos, se les desacredita, que es la fórmula mágica para crear dudas en la población.  

En el caso de Zamora rechazamos su detención desde el primer momento por ser un acto de intimidación y hostigamiento contra la prensa. No olvidamos que el diario también fue allanado, sus trabajadores retenidos durante horas en la sede, sus cuentas fueron embargadas y todavía sigue detenida la gerente financiera.

¿Por qué han pedido la liberación inmediata del periodista?: Creemos que Zamora tiene el derecho a un debido proceso y el derecho a su defensa. Es inverosímil que Zamora trataría de salir del país para evitar alguna condena, nunca ha dado muestras de ello, siempre enfrentó a la justicia y las veces que se ausentó del país fue por exilio voluntario para proteger a su familia y a sí mismo.

Creemos que hubo signos de autoritarismo en el proceder de las autoridades. El despliegue desproporcionado de policías para arrestarlo, la dilatación en la presentación de la acusación, y la intención de mostrarlo como culpable sin haber sido juzgado, revelan unas serias fisuras en la aplicación de la Justicia en su caso. Entendemos que Zamora puede seguir el curso del caso en su contra en libertad condicionada, no en prisión.

La SIP lleva a cabo misiones in situ para verificar los casos y denuncias que recibe.  ¿Se contempla la posibilidad de viajar a Guatemala para verificar las condiciones en que se tiene a Zamora preso y hablar con las autoridades sobre las anomalías que se observan en el caso?

Por supuesto. Las misiones in situ, aún durante la pandemia, siempre han sido una herramienta importante de investigación, apreciación del contexto y solidaridad. Sirven para entrevistarnos con autoridades políticas y distintos sectores que arrojen luz y análisis sobre la situación. Seguramente desde la SIP seguiremos este caso con mucha atención y se considerará viajar a Guatemala cuando haya más elementos de juicio. La SIP está analizando realizar otras misiones, como a Perú, así que estará evaluando opciones en su próxima asamblea a realizarse a fines de octubre en Madrid.

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