El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, ha comparecido este jueves ante los medios de comunicación tras la polémica suscitada por el registro del FBI de la mansión del expresidente estadounidense Donald Trumo en Mar-a-Lago (Florida), el cual ha confirmado que él mismo pidió «personalmente».
Garland ha reconocido que su declaración ante la prensa se debe «al interés público sustancial» respecto al registro de la residencia privada de Trump, orden que fue «autorizada por un tribunal federal tras el hallazgo requerido de causa probable».
«Se proporcionaron copias tanto de la orden judicial como del recibo de propiedad del FBI el día del registro al abogado del expresidente que estuvo en el lugar durante el registro», ha añadido Garland, según recoge la cadena CNN.
En este punto, ante la polémica suscitada, el fiscal general ha confirmado que el Departamento de Justicia ha presentado una petición para poder revelar la orden de inspección en la mansión de Mar-a-Lago.
Si bien el fiscal general ha reconocido que este tipo de decisión no tiene precedentes en la política estadounidense, ha defendido que «el departamento no tomó esa decisión a la ligera». «Es una práctica estándar buscar medios menos intrusivos como alternativa a una búsqueda y limitar el alcance de cualquier búsqueda», ha señalado.
De hecho, Garland ha deslizado que aún existen muchos detalles que no puede dar a conocer debido a la política del Departamento de Justicia de no comentar nada respecto a las investigaciones activas, según la cadena ABC.
En este punto, el fiscal general ha reconocido la labor de los empleados del Departamento de Justicia ante los «ataques infundados» por parte de simpatizantes de Trump, incluido el intento de violación de las instalaciones de la oficina del FBI en Cincinnati, en el estado de Ohio, este mismo jueves.
«No me quedaré de brazos cruzados cuando su integridad sea atacada injustamente. Los hombres de FBI y del Departamento de Justicia son servidores público dedicados y patriotas. Todos los días protegen al pueblo estadounidense de delitos violentos, terrorismo y otras amenazas», ha dicho.
Por su parte, el director del FBI, Christopher Wray, se ha mostrado preocupado esta misma jornada por la creciente presión sobre la institución y, a raíz de la polémica desatada por el registro en la mansión de Trump, y ha pedido respeto para la labor de los agentes.
Simpatizantes y seguidores del expresidente han convocado una serie de movilizaciones para protestar por lo ocurrido, e incluso este mismo jueves se ha registrado un incidente en la oficina del FBI en Cincinnati, Ohio.