Las selecciones de Francia y Bélgica se enfrentan este jueves (20.45 horas/La 1) en la segunda semifinal de la Liga de Naciones con el objetivo de alcanzar una final inédita para ambas y todavía con cuentas pendientes por resolver para los belgas tras su último enfrentamiento en el Mundial de Rusia.
Han pasado algo más de tres años desde aquellas semifinales donde triunfaron los ‘bleus’ por 1-0 antes de proclamarse campeones del mundo. Sin embargo, las cosas han cambiado y los estados de forma son bien distintos. Bélgica llega más consolidada a la cita tras sus últimas actuaciones.
Los pupilos de Roberto Martínez, cuartofinalistas de la última Eurocopa, eliminados por la campeona Italia, suman desde entonces tres victorias consecutivas en la fase de clasificación para Catar 2022, donde lideran su grupo acariando el billete para la próxima gran cita de selecciones. Su estilo es el mismo aunque varíen el sistema.
La imaginación de los belgas, unido al talento de los jugadores ofensivos, ha sido una garantías para competir contra cualquier selección en la última década, pero no les ha servido para conquistar un título. Ahora están tan solo a dos partidos de poder hacerlo.
En su once, no faltarán los ‘españoles’ Courtois, Carrasco y Hazard, por donde pasan muchas esperanzas pese a su travesía en el desierto cada vez que juega con el Real Madrid.
Además, otro de los fijos en el esquema belga es el exatlético Alderweireld, así como sus dos grandes estrellas, Romelu Lukaku -siempre acertado con los ‘diablos rojos’- y Kevin De Bruyne, que llega a la cita después de ser decisivo el pasado fin de semana en Anfield para amargar el liderato al Liverpool.
Por su parte, Francia muestra una trayectoria mucho más irregular en las últimas épocas. Eliminada en los penaltis ante Suiza, en los octavos de final de la última Eurocopa, el equipo de Didier Deschamps tampoco ha encontrado la tecla en la fase de clasificación mundialista y ha empatado dos (Bosnia y Ucrania) y tan solo ha ganado uno, ante Finlandia en casa.
Es por esto que los franceses querrán retomar el vuelo y avanzar hasta la final en -la que sería también- su primera de la Liga de Naciones. Deschamps no podrá contar con Kanté, ni con el barcelonista Dembélé, ambos lesionados, pero sí con su tridente ofensivo formado por Griezmann, Mbappé y Benzema, el más en forma de los tres y seguramente de toda Europa.