El FC Barcelona tendrá como principal rival en el Grupo E de la Liga de Campeones al siempre candidato Bayern de Múnich alemán, el rival que seguramente desencadenó su última gran crisis deportiva e institucional y con el que rivalizará por uno de los dos pases con permiso del Benfica portugués y el Dinamo Kiev ucraniano.
El conjunto de Ronald Koeman, pese a la pérdida de su gran referente de los últimos años, Leo Messi, sigue siendo considerado aspirante a llegar lejos en una Champions que iniciará precisamente ante el campeón de la Bundesliga, del que guarda un amargo recuerdo de la última vez que se vieron las caras.
El 14 de agosto de 2020, en la ‘Final a 8’ que la UEFA diseñó para poder acabar la máxima competición continental en medio de la pandemia de coronavirus, está entre las noches más negras para la afición blaugrana. El Bayern, por entonces una apisonadora futbolística, zarandeó al Barça en cuartos por un demoledor 8-2 y esa derrota desembocó en el burofax de Leo Messi pidiéndose marchar, la salida de jugadores como Luis Suárez o Ivan Rakitic, la destitución de Quique Setién y el final de Josep Maria Bartomeu como presidente.
Y prácticamente un año después, el conjunto catalán se reencuentra con el bávaro, que apenas ha cambiado su cara respecto a aquel partido, aunque sí parece no tener el mismo ritmo endiablado con el que se llevó por delante las aspiraciones europeas culés.
El campeón alemán mantiene sus señas de identidad en busca de volver a ser protagonista de las rondas decisivas de una Liga de Campeones que le fue esquiva el año pasado en la defensa de su trono. El PSG francés aprovechó su falta de puntería, la baja de Robert Lewandowski y la inspiración de Mbappé, Neymar y Keylor Navas para dejarle fuera en los cuartos de final.
Pese a ello, el Bayern dominó el fútbol de su país con la conquista de una nueva Bundesliga y de la Copa y ahora intentará ser de nuevo un ‘ogro’ en el Viejo Continente apoyado en su principal cambio respecto a la pasada temporada, la del joven Julian Nagelsmann por Hansi Flick, que dejó el banquillo muniqués para afrontar el reto de la selección alemana.
El extécnico del Leipzig tendrá ahora una buena oportunidad de demostrar todas las buenas maneras que se le atisbaban en su paso por el Leipzig y la misión de que el nombre del hexacampeón de Europa sigue sonando con fuerza ante los mejores clubes de Europa.
Y lo tendrá que hacer con muy pocas modificaciones en el esqueleto que permitió al club alemán conquistar la Champions hace dos temporadas ya que ha realizado pocos retoques para fortalecerse. Los dos principales, antiguos ‘soldados’ de Nagelsmann como el central francés Upamecano, que viene a fortalecer una zaga que ha perdido a Alaba, que se ha marchado al Real Madrid, y al irregular Boateng, y el centrocampista austriaco Sabitzer que, de momento, busca su hueco en el once titular.
Por lo demás, el Bayern mantiene a un seguro como Manuel Neuer en la portería, con Pavard, Lucas Hernandez y el veloz Davies en su línea defensiva, y con un centro del campo donde Kimmich sigue llevando la batuta apuntalado por el físico de Goretzka. A partir de ahí, mucho fútbol ofensivo con Sané, Gnabry, el prometedor Musiala, el veterano Muller y, por encima de todos, Lewandowski. El polaco sigue siendo uno de los mejores goleadores del mundo y su inspiración se presenta clave para las aspiraciones del conjunto bávaro.
Benfica y Dinamo, «Asequibles»
A partir de ahí, el grupo se ‘suaviza’ para el FC Barcelona, que debería imponer su teórica superioridad sobre el Benfica y el Dinamo Kiev, destinados, en principio, a rivalizar por la tercera plaza. El conjunto portugués, doble campeón de Europa, hace tiempo que dejó de ser protagonista en la Champions, pero siempre es un rival que puede plantear problemas y que tiene talento nacional.
Las ‘Águilas’ vuelven esta campaña a la Liga de Campeones después de que la pasada temporada fuesen eliminadas en una ronda previa por el PAOK de Salónica griego. En esta ocasión, también tuvieron que superar dos rondas previas, dejando fuera al Spartak Moscú ruso (4-0 de global) y a otro campeón de Europa como el PSV neerlandés (2-1).
El equipo lisboeta vuelve a confiar en la figura del veterano técnico Jorge Jesus, de 67 años y que vuelve a dirigir al club tras hacerlo entre 2009 y 2015, cuando fue capaz de conquistar diez títulos y llegando a la final de la Liga Europa en 2013 y 2014, perdidas ambas ante el Chelsea y ante el Sevilla respectivamente.
El entrenador portugués, que tiene como principal misión recuperar el trono de la liga, tiene en sus filas a jóvenes prometedores como el central brasileño Morato, el delantero uruguayo Darwin Núñez, y los portugueses Fernandes y Ramos, con jugadores ya más consagrados como los veteranos Vertonghen y Otamendi, el español Grimaldo, el suizo Seferovic, el alemán Weigl o el portugués Joao Mario.
El grupo lo completa el Dinamo de Kiev ucraniano, con el que el FC Barcelona ya se encontró la pasada temporada, sufriendo en el Camp Nou (2-1) y ganando con autoridad en la capital (0-4) y que no debería plantearle excesivos problemas, más allá del duelo en el Olímpico.
El campeón de Ucrania se puso el año pasado en manos del reconocido y veterano técnico rumano Mircea Lucescu, que aumentó su leyenda en el país tras su paso por el Shakthar Donetsk y que sigue apostando por ofrecer el fútbol atractivo que le ha marcado en su carrera,
De momento, pese a que su campaña europea no fue exitosa, logró recuperar para el equipo más laureado el trono liguero con un plantilla de marcado color nacional y donde sobresalen el extremo Tsygankov o el mediocentro Sydorchuk. El uruguayo Carlos de Pena, el joven venezolano Eric Ramírez y el brasileño Vitinho son sus mejores valores internacionales.