El Gobierno y sus aliados cierra filas, mientras se anuncian nuevas protestas y la fiscal Porras se debilita
El presidente Alejandro Giammattei y su alianza oficialista soportaron la primera oleada de dos días de protestas y bloqueos carreteros, pero el movimiento no se detiene y las organizaciones sociales y populares se preparan para insistir en la renuncia del mandatario y de la fiscal general, Consuelo Porras, hasta ahora, convertida en el centro de atención, por la destitución del fiscal Juan Francisco Sandoval.
Según ha podido conocer Crónica de fuentes muy cercanas al mandatario, este ha tenido reuniones con diversos grupos de su entorno para medir la situación y analizar la postura a seguir. Hasta este sábado, la decisión es la de no pedir la renuncia de la fiscal Porras, aunque reconoce el mandatario que cediendo, podría bajar la presión internacional.
Mientras, se sabe que en los grupos populares principia a darse algún grado de coordinación, que no hubo en las manifestaciones del día del #ParoNacional29J. Fuentes consultadas por la prensa indican que no hay fecha para nuevos bloqueos, pero no se descarta volver a cerrar rutas en los próximos días.
Pero la semana principia en la capital con una protesta de empresarios de taxis y mototaxis (tuc-tuc) de la capital y municipios aledaños, los cuáles harán recorrido por diversas zona de la ciudad, para llegar finalmente a manifestar pacíficamente frente al edificio de la Corte de Constitucionalidad (CC) y sus alrededores.
Hay que recordar que la actual CC, se integra hasta ahora con cuatro miembros titulares afines a la alianza oficialista, con la consigna de no permitir que continúe la lucha anticorrupción que venía impulsando Sandoval y la Fiscalía Contra la Corrupción (FECI). El Congreso se ha negado a juramentar la semana anterior a la magistrada electa por la USAC, Gloria Porras, a la espera de que grupos afines a la alianza presenten impugnaciones en su contra.
Consuelo Porras, manzana de la discordia
La fiscal general quedó al desnudo como una pieza del Ejecutivo al frente del MP, y fuentes de todo crédito indican que antes de la intervención que realizó a la FECI semanas atrás, hubo reuniones y comunicación fluida con el presidente Giammattei, aparentemente para acordar el control o salida de Sandoval. Finalmente prefirieron su destitución, a pesr de saber que habría repercusiones.
Sin embargo, el análisis tuvo una falla sustancial. Giammattei, el canciller Pedro Brolo, Miguel Martínez y los asesores presidenciales, previeron únicamente reacciones a nivel internacional y no contempolaron un alzamiento popular y social como el que se está dando.
El análisis político del oficialismo contaba con el adormecimiento mostrado por la sociedad durante el tiempo de pandemia, ya que ni las constantes noticias sobre corrupción, el descalabro en la atención de la pandemia y peor aún, el desastre y opacidad en la compra de vacunas, nada de eso provocó protestas, mucho menos la estrategia de controlar el sistema de justicia, algo que se concretó durante los últimos meses.
Bajo ese análisis y tras la visita de Kamala Harris al país, se acordó descabezar a la FECI, que queda ahora bajo la instrucción de una fiscal, Carla Valenzuela, sin experiencia en investigaciones, lo que asegura que termine la persecución de casos complicados e importantes.
Desde los 48 cantones de Totonicapánse informa que esto apenas principia, y ahora se sabe que se han iniciado conversaciones con otras organizaciones indígenas y campesinas, para que el movimiento sea más coordinado y fuerte.
La figura pública de este movimiento ha sido el líder de los 48 cantones, Martín Toc, quien empieza a recibir criticas en las redes sociales, producto del trabajo de los netcenter que controla el oficialismo.
La estrategia
Lo que ha trascendido de buena fuente es que, por medio de las redes sociales y los medios de comunicación afines –los canales de Ángel González y otros vinculados a la alianza–, se hará ver a los grupos de oposición, como un movimiento de izquierda radical, para lograr que la ciudadanía conservadora de clase media del país no se sume a las protestas.
Se está trabajando –sin lograrlo hasta ahora–, que el líder magisterial, Joviel Acevedo, salga a manifestar con los maestros para mostrar respaldo al presidente. Acevedo no ha accedido hasta ahora más que a estar preparado para hacerlo, pero por un tema que desvíe la atención y no a favor de Giammattei directamente, pero las conversaciones continúan, porque se le considera importante dentro de la alianza oficialista.
La cúpula militar le ha garantizado lealtad al presidente, pero no quieren que se involucre al ejército en caso de una confrontación popular.
El escenario muestra que el pulso de fuerzas apenas principia. El presidente Gimmattei tiene que combatir en dos frentes: el plano internacional y el nacional. En ambos casos, la figura de la fiscal Consuelo Porras empieza a ser incómoda e insostenible para la alianza oficialista. Por eso en algunas de las reuniones estratgégicas realizadas por el mandatario y su equipo, no ha sido incluida, lo que puede significar que su posición pierde respaldo interno.