La OTAN acordó una posición «unida y clara» sobre la necesidad de abordar el auge internacional de China en la esfera internacional y sus acciones agresivas contra los aliados, pese a los lazos comerciales que mantienen los países de la OTAN con Pekín.
En rueda de prensa tras el encuentro, el secretario general, Jens Stoltenberg, valoró que por primera vez los socios trasatlánticos han acordado vigilar de manera conjunta a China, desligando esto de las relaciones económicas de cada miembro de la organización militar con el gigante asiático.
«Las ambiciones declaradas y el comportamiento asertivo de China presentan desafíos sistémicos para el orden internacional basado en reglas y para las áreas relevantes para la seguridad de la Alianza. Nos preocupan esas políticas coercitivas que contrastan con los valores fundamentales consagrados en el Tratado de Washington», recoge las conclusiones pactadas por los líderes aliados en la cumbre de Bruselas.
Se trata del documento más crítico hasta la fecha de la OTAN y coincide con la primera cumbre del presidente de Estados Unidos, Joe Biden. En él se critica también su falta de transparencia y sus ejercicios conjuntos con Rusia.
Actuar en casa
A juicio de Stoltenberg, no se trata de «no actuar y comerciar o no actuar y poder comerciar». «El mundo no es tan simple. Lo importante es que individualmente los aliados de la OTAN han evaluado las oportunidades y retos y hoy acordamos hacerlo juntos como Alianza», expuso el político noruego sobre la discusión entre aliados.
En este sentido, hizo hincapié en que todo empieza por responder a nivel nacional a las actividades de China. «Responder a los desafíos que supone China a nuestra seguridad no es mover la OTAN a Asia, sino lo que hacemos en casa, sobre nuestra resiliencia y ciberdefensa porque China está viniendo a nosotros», aseguró el secretario general.
Francia
Sobre las relaciones con China, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, llamó a «no dispersarse» y recordar que la relación con el gigante asiático es muy amplia, con divergencias pero también con una agenda común en cuestiones globales como la lucha contra el cambio climático o la financiación al desarrollo.
«Es también un competidor, en el plano económico, del que esperamos que respete las reglas», añadió Macron, quien también señaló los «desacuerdos en materia de valores» que existen entre la Unión Europea y China en cuestiones como el respeto de los Derechos Humanos.
Por su lado, el primer ministro belga, Alexander de Croo, consideró que el tono de los aliados sobre China no es «hostil» sino de claridad a la hora de señalar las prioridades de los países de la OTAN y dejar claro su compromiso con el respeto de los Derechos Humanos y la democracia.
«En el plano económico, el mensaje también es claro: Estamos abiertos a los negocios con China, pero si hay reciprocidad», expresó De Croo, quien afirmó que en lo que a las relaciones con el gigante asiático «existe convergencia» entre la UE y Estados Unidos.
De su lado, la canciller alemana, Angela Merkel apuntó que el gigante asiático es «un rival en muchos aspectos», pero «a la vez un socio en otros aspectos».
Agenda de modernización
Durante la reunión, los líderes aliados han acordado la propuesta de Stoltenberg para actualizar la OTAN gracias a la agenda de modernización con la que fomentar mayor ambición en materia de seguridad y defensa, promover la consulta política dentro la Alianza, reforzar la defensa colectiva, además de fortalecer su posición militar.
Stoltenberg ya ha avisado que la nueva ‘hoja de ruta’ conllevará un aumento de la financiación de la OTAN en sus distintos aspectos para alcanzar el nivel de ambición.
«La decisión adoptada significa incrementar y fortalecer el presupuesto civil, el militar y el de inversiones», subrayó, siguiendo su intención de reforzar las partidas de inversión común que dan cobertura a misiones como los batallones del Báltico.