Apenas unos días de vida tiene «Lili”, y ya está en el centro de una controversia política. Mejor dicho, lo está su nombre.
De acuerdo con con Meghan y Enrique, la pequeña se llama Lilibet en honor a su bisabuela, la reina Isabel II. Ese es el apodo cariñoso que le dan a la monarca en la familia desde su infancia. Dicen que no solo su abuelo, el rey Jorge V, la llamaba así, sino también su recientemente fallecido esposo, el príncipe Felipe. El segundo nombre de «Lili”, Diana, es un homenaje a la fallecida madre de Enrique, «Lady Di», Diana Spencer, princesa de Gales.
Para algunas revistas británicas y para muchos usuarios de las redes sociales, según un reportaje de Deutsche Welle (DW) es la cadena de Alemania para el extranjero, para los furibundos admiradores de la monarquía y categóricos detractores de Meghan Markle por sus acusaciones de racismo contra la realeza- especialmente el primer nombre constituye una afrenta.
Angela Levin, biógrafa de Enrique, dijo en el programa de TV «Good Morning Britain» que era «despectivo” ante la reina que acaba de enviudar. Otros no ven el nombre como una ofensa, sino como una oferta de reconciliación de parte de la pareja rebelde de la Casa de Windsor.
«Independientemente de la interpretación concreta, es evidente que el nombre de la niña es más que un simple nombre. Nadie se pregunta por su origen etimológico, sino que la decisión de ponerle «Lilibet Diana” se entiende como un acto político-dinástico, como un gesto hacia la familia real y también hacia los sectores de la población que la respaldan. ¿Cuál es la raíz de esas consideraciones?», cita la nota de DW.
Por lo pronto, hay que tener en cuenta la línea de sucesión. Lilibet Diana ocupa el octavo lugar y, teóricamente, podría llegar algún día a ocupar el trono. Por ahora, al igual que su hermano Archie, no llevará ningún título. Pero si la reina Isabel muere y su hijo Carlos es coronado, Lili, su nieta, se convertirá oficialmente en princesa.
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