El Real Madrid firmó una amarga despedida a la temporada 2020-2021 pese a ganar por 2-1 este sábado en el Estadio Alfredo Di Stéfano por 2-1 al Villarreal tras un partido de poco inspiración futbolística que le impidió presionar con su marcador a un Atlético de Madrid campeón y donde remontó al final con dos tantos postreros.
El actual campeón cedió su trono y dio la sensación de hacerlo sin oponer la resistencia de las últimas semanas. Cumplió con su misión y ganó, pero cuando lo hizo era ya demasiado tarde y el líder había enderezado su rumbo hacia el título en Valladolid.
En Zorrilla hubo buenas noticias para los de Zinédine Zidane con la momentánea derrota rojiblanca, pero entonces no estaban haciendo tampoco su trabajo, perdiendo ante un ‘Submarino’ ordenado, y no fueron capaces de reaccionar hasta los compases finales con dos goles para, al menos, salvar los puntos.
Freno de mano
Y es que, pese a lo que había en juego, el Real Madrid salió con el freno de mano puesto. Incapaz de encontrar la frescura de Modric para dibujar algo en lo ofensivo y conectar con Benzema, los locales firmaron un primera parte para olvidar ante un Villarreal que dispuso un once con más ‘artillería’ de la prevista por la final de la Liga Europa.
El centro del campo formado por Parejo, Capoue y Trigueros apenas dejó margen de maniobra, y aunque Gerard Moreno no participó demasiado, el partido se jugó en los primeros 45 minutos a lo que el ‘Submarino’, muy ordenado, quería.
Y así llegó el gol en el minuto 19 de Yeremi Pino, que recogió un balón suelto en el área para batir a Courtois en lo que era el segundo acercamiento peligroso visitante después de que Bacca no hubiese controlado bien un buen pase en profundidad y hubiera permitido que Militao le arrebatase la pelota cuando se plantaba solo ante la portería madridista.
El tanto del canario demostró una vez más la ‘locura’ de esta Liga porque llegó un par de minutos después de que el Di Stéfano conociese el tanto del Valladolid. Pero ni ese arreón emocional ni la desventaja en el marcador sirvieron para hacer salir de su letargo a los de Zinédine Zidane, con síntomas de cansancio ya antes de la media hora y sin encontrar soluciones ofensivas en otra tarde discreta de Vinicius y Asensio.
Remontada inútil
El Villarreal tampoco fue capaz de hacer más daño, aunque el portentoso Capoue llevó el susto con una cabalgada desde el centro del campo y un disparo que se fue por encima del larguero. La única respuesta local fue un disparo de Modric en el minuto 34 que se estrelló en el lateral de la red y un flojo cabezazo de Casemiro blocado por Rulli tras un saque de esquina con el que se cerró el primer tiempo.
El actual campeón, sin cambios en su once, salió algo más decidido tras el descanso, pero continuó incapaz de asediar a Rulli y a un Villarreal que se limitó a esperar algún contragolpe. Benzema por fin apareció para cabecear a la red, pero el VAR anuló el tanto, y entre la espera y la decepción, además de los cambios de Isco y Rodrygo, llegó el empate del líder, lo que no cambiaba demasiado porque los madridistas necesitaban la victoria.
Los minutos iban pasando y el Real Madrid no hallaba el gol que llevase presión al Zorrilla. Benzema la volvió a tener tras un error de Rulli, pero no era el mejor día del francés tampoco. El gol de Luis Suárez fue la puntilla para el actual campeón, que al final, con su rival más desordenado y condenado a la séptima plaza, pudo remontar, pero que se vio obligado a ceder a su vecino un trono de nuevo esquivo a la hora de defenderlo, y a cerrar por primera vez en diez años un año en blanco y, quizá, un ciclo.