El Real Madrid desenfundó la espada antes de recoger el guante del Atlético de Madrid en lo que parece un mano a mano con los colchoneros por el título de Liga tras golear este jueves al Granada (1-4) en el partido que cerró la jornada 36 de la Liga Santander, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes.
El equipo de Zinédine Zidane seguirá a dos puntos del liderato, pero saca tajada del empate del Barça ante el Levante. Los blancos se sitúan en la segunda posición y será el único equipo que pueda discutir el título al vecino si vence en San Mamés el próximo domingo. Ni tan siquiera 48 horas de descanso entre un partido y otro.
Los blancos dieron la talla por su gran comienzo este jueves, que fue fulgurante, pero sobre todo por su capacidad de reacción cuando la noche se puso turbia. Modric, Militao y Benzema fueron las claves de un Real Madrid que también supo apoyarse en la cantera para seguir apretando al Atlético. La pizarra de Zidane volvió a tocar la tecla correcta.
La apuesta por Marvin y Miguel Gutiérrez como titulares tuvo su fruto. Ambos fueron asistentes de los dos primeros goles merengues. Miguel se inventó una vaselina preciosa sobre Modric para que el croata fusilase, entre las piernas al recuperado Rui Silva, y Marvin habilitó a Rodrygo al borde del descanso para dejar el partido visto para sentencia.
O eso creía el vigente campeón de Liga, que se dejó llevar en el comienzo del segundo acto después del ejercicio imponente del arranque. Los de Diego Martínez aumentaron la presión y buscaron el espacio interior a falta de hueco en las bandas. Los canteranos del Real Madrid, como es el caso de Marvin, quitó el sitio no sólo a Odriozola, que tuvo que esperar en el banquillo, sino a Marcelo, que ni fue convocado.
Sin embargo, al Granada le costó un mundo ir ganando metros porque no pudo cuestionar el partido de un enorme Militao, de los mejor en las filas visitantes. Los locales encontraron un muro en el central brasileño y -para colmo- daban pie a que los de Zidane corriese al espacio y generasen más oportunidades.
Vinicius falló dos contraataques muy claros y fue alimentando la fe de los nazaríes, que apuraban sus opciones de jugar en Europa. Y no fue por falta de empeño porque los andaluces encontraron el gol tras un aviso muy serio de Luis Suárez, que no conectó un balón cuando estaba solo en el segundo palo. En la jugada siguiente llegó el 1-2 tras un rechace.
El veterano Jorge Molina sacó la caña para pescar un rechace de Courtois en un disparo precisamente de Suárez. El gol hizo estirar las orejas a un Real Madrid al que tan solo le duró el sofoco cuatro minutos. En la jugada posterior surgió la figura de Hazard, recién entrado al terreno de juego, para que Odriozola -algo forzado- lograse el 1-3 tras un buen pase del belga.
Y un minuto después llegó el regalo de un Granada que acabó sacando la bandera blanca. El meta rojiblanco midió mal en la salida, controló mal el balón y permitió a Benzema echar el broche a un partido que tuvo de todo y que permite mantener al Real Madrid un apasionante cuerpo a cuerpo que tendrá su próximo, y presumiblemente el penúltimo capítulo, este domingo.