El volcán Pacaya de Guatemala inició una nueva fase eruptiva a menos de una semana después de que las autoridades declarasen oficialmente el fin de la etapa anterior, que comenzó el 5 de febrero y obligó al país centroamericano a cerrar su aeropuerto internacional por la gran presencia de cenizas.
El coloso, situado a unos 25 kilómetros del sur de la capital guatemalteca, es uno de los tres que permanecen activos en el país centroamericano y su actividad ha sido objeto de especial vigilancia en los últimos meses.
El Instituto Nacional Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) confirmó nuevas fisuras por las que salen al menos dos flujos de lava –uno de ellos ya ronda los 1,600 kilómetros de largo–. No descarta que pueda haber «episodios de alta explosividad» en los próximos días u horas o que surjan nuevos flujos.
Los expertos han recomendado limitar el acceso a las zonas aledañas a la montaña, junto a la que se encuentra un parque nacional. Además, advirtieron de que puede haber trazas de ceniza en un radio de hasta 30 kilómetros alrededor del volcán.