El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este miércoles, durante su discurso de los cien días en el cargo, que está dispuesto a «cooperar» con Rusia, y remarcó en que trabajará con sus aliados para hacer frente a la «amenaza nuclear» de países como Irán y Corea del Norte.
El mandatario estadounidense describió cómo le trasladó a su homólogo ruso, Vladimir Putin, que Estados Unidos «no busca una escalada, pero que sus acciones tienen consecuencias», por lo que respondió «de forma directa y proporcionada a la injerencia de Rusia en nuestras elecciones y a los ciberataques».
En cuanto a los programas nucleares de Irán y Corea del Norte, «suponen una grave amenaza para la seguridad de Estados Unidos y del mundo», comentó Biden, por lo que trabajarán con sus aliados para «hacer frente a las amenazas que plantean estos dos países mediante la diplomacia y la disuasión».
Biden remarcó que Washington «no va a renunciar a su compromiso con los Derechos Humanos y las libertades fundamentales», tras incidir en que «ningún presidente estadounidense responsable puede permanecer en silencio cuando se violan los Derechos Humanos básicos».
«Estados Unidos es una idea, única en el mundo», consideró, por lo que «un presidente tiene que representar la esencia de nuestro país».
«Todos los países deben jugar las mimas reglas económicas»
Según Biden, las inversiones a las que ha hecho referencia en su discurso «también promueven una política exterior que beneficia a la clase media», lo que significa que hay que asegurarse que «todos los países juegan con las mismas reglas en la economía mundial, incluida China».
Al respecto de China, el presidente explicó que le trasladó a su homólogo, Xi Jinping, que «acogemos con agrado la competencia, y que no buscamos el conflicto», no obstante, le dejó «absolutamente claro» que defenderá «los intereses estadounidenses en todos los ámbitos».
Asimismo, subrayó que en su conversación con Xi le adelantó que Estados Unidos mantendrá «una fuerte presencia militar en el Indo-Pacífico, no para iniciar un conflicto, sino para evitarlo».
También en materia de política exterior, el mandatario señaló que «Estados Unidos se enfrentará a las prácticas comerciales desleales que perjudican a los trabajadores y a las industrias estadounidenses, como las subvenciones a las empresas estatales y el robo de tecnologías y propiedad intelectual estadounidenses».
«Poner fin a la eterna guerra en Afganistán»
Desde el podio del Congreso estadounidense, el líder ha remarcado que «el liderazgo estadounidense significa poner fin a la eterna guerra en Afganistán». «Fuimos a Afganistán para atrapar a los terroristas que nos atacaron el 11 de septiembre, e hicimos justicia con Osama Bin Laden y degradamos la amenaza terrorista de Al Qaeda», explicó.
Por lo que «tras 20 años de valor y sacrificio estadounidense, es hora de traer a nuestras tropas a casa», sin embargo, incluso cuando se produzca la retirada de tropas «mantendremos una capacidad en el horizonte para suprimir futuras amenazas a la patria».
«Pero no se equivoquen: la amenaza terrorista ha evolucionado más allá de Afganistán desde 2001 y seguiremos vigilantes contra las amenazas a Estados Unidos, vengan de donde vengan», amenazó, ya que Al Qaeda y Estado Islámico «están en Yemen, Siria, Somalia y otros lugares de África y Oriente Medio y más allá», añadió.
No obstante, advirtió que su Administración no ignorará «lo que nuestras propias agencias de inteligencia han determinado: la amenaza terrorista más letal para la patria hoy es el terrorismo de la supremacía blanca».