El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acordó retrasar del 1 de mayo al 11 de septiembre el plazo límite para el repliegue de tropas en Afganistán, después de meses de especulaciones en los que el propio mandatario había asumido que no cumpliría el plazo anunciado por su predecesor, Donald Trump.
Washington y los talibán fijaron el 1 de mayo como límite en el acuerdo que suscribieron ambas partes en 2020 y la insurgencia ya avisó de que podría retomar los ataques si no se completaba a tiempo la retirada.
Pese a las amenazas, Biden reconoció en varias ocasiones que el plazo fijado era «difícil» de cumplir y, en una rueda de prensa celebrada en marzo, sugirió que retrasaría la fecha, aunque con vistas a zanjar el despliegue este mismo año y no alargarlo hasta 2022.
El debate en el seno de la Administración norteamericana se ha traducido en un retraso de la retirada hasta el 11 de septiembre, fecha especialmente simbólica por los atentados de 2001 que precisamente desencadenaron la invasión estadounidense sobre Afganistán, según fuentes conocedoras de la decisión consultadas por ‘The Wahington Post’ y otros medios.
Efectivos desplegados
Estados Unidos cuenta oficialmente con unos 2,500 efectivos desplegados en Afganistán, aunque la cifra real fluctúa y sería de unos mil más, según el citado diario. Su presencia es clave para el futuro de la misión de la OTAN, que colabora en misiones de formación de las fuerzas afganas y cuenta con unos 9,600 efectivos.
Coincidiendo con una visita a Bruselas de los secretarios de Estado y de Defensa de Estados Unidos, Antony Blinken y Lloyd Austin, respectivamente, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha convocado para este miércoles una reunión por videoconferencia de los ministros de Defensa y Exteriores de la Alianza para tratar el futuro de la misión en Afganistán.