El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó este jueves a los estados iniciar la vacunación contra la COVID-19 para todos los adultos antes del 1 de mayo, de modo que para el 4 de julio, Día de la Independencia, «hay una buena posibilidad» de que las familias puedan reunirse.
Así lo anunció Biden durante su primer discurso a la nación en horario de máxima audiencia y en coincidencia con el primer aniversario de la prohibición de desplazamientos en gran parte del país debido a la pandemia de coronavirus.
«Después de este año largo y duro, esto hará del Día de la Independencia algo verdaderamente especial en el que no solo marcamos nuestra independencia como nación, sino que comenzamos a marcar nuestra independencia de este virus», destacó el presidente sobre su intención de llegar al 4 de julio en una mejor situación, si bien ha precisado que «la lucha está lejos de terminar».
Promesas por cumplir
Biden anunció también que su Administración se avecina a cumplir su compromiso de aplicar 100 millones de dosis de la vacuna contra la COVID-19 en los primeros 100 días de su mandato, una meta que asumió cuando tomó posesión del cargo. «No solo vamos a alcanzar ese objetivo, vamos a superarlo», aseveró.
«Encontrar luz en la oscuridad es algo muy estadounidense», subrayó el mandatario desde la Casa Blanca en referencia al primer año desde que el coronavirus «golpeó» al país y «se encontró con el silencio y se propagó sin control».
El presidente de Estados Unidos recordó, asimismo, que el país vivió «negaciones durante días, semanas y luego meses«. «Eso provocó más muertes, más contagios, más estrés y más soledad«, lamentó, al tiempo que señaló que ha sido un período de sufrimiento y sacrificio «colectivo».
Por otro lado, Biden utilizó su discurso para condenar a quienes han utilizado la pandemia para el odio «en lugar de trabajar entre sí». En concreto, se refirió a crímenes de odio contra asiático-americanos que, en sus palabras, «han sido atacados, acosados, culpados y convertidos en chivos expiatorios», a lo que exigió que el odio «debe detenerse».