La líder de la mayoría del Senado estatal de Nueva York, Andrea Stewart-Cousins, pidió la dimisión del gobernador del estado, Andrew Cuomo, tras las acusaciones de acoso sexual vertidas contra él y la presión dentro del partido demócrata para que deje su cargo, mientras el gobernador insiste en que no va a dimitir.
«Nueva York todavía se encuentra en medio de esta pandemia y todavía enfrenta los impactos sociales, sanitarios y económicos de la misma. Necesitamos gobernar sin distracciones diarias. Por el bien del estado, el gobernador Cuomo debe renunciar», señaló este domingo en un comunicado recogido por CNN Stewart-Cousins.
A lo que detalló que sobre Cuomo pesan «más acusaciones sobre acoso sexual, un ambiente de trabajo tóxico (en su oficina), la pérdida de credibilidad en torno a los datos de las muertes por COVID-19 en residencias de ancianos y preguntas sobre la construcción de un importante proyecto de infraestructura».
También el presidente de la Asamblea de Nueva York, Carl Heastie, solicitó la dimisión del gobernador a través de su cuenta de Twitter, en la que insistió en que ha llegado la hora de que «el gobernador considere seriamente si puede satisfacer efectivamente las necesidades de la gente de Nueva York.»
«No voy a renunciar»
Por su parte, y en una llamada telefónica con periodistas que dio a conocer Bloomberg, Cuomo insiste en que «no voy a renunciar por las acusaciones, no hay manera de que renuncie».
También volvió a negar las acusaciones, dos reveladas este fin de semana, que lo acusan de comportamiento inapropiado.
«Hay algunos legisladores que sugieren que renuncie por acusaciones que se han hecho en mi contra. Fui elegido por la gente del estado. No fui elegido por políticos. No voy a renunciar por acusaciones», culminó Cuomo.
- Cuomo enfrenta las acusaciones de cinco mujeres, la última la exasistente Ana Liss, de 35 años, que trabajó para Cuomo entre 2013 y 2015.
- En una entrevista al ‘The Wall Street Journal’ explicó que al principio vio las acciones del gobernador como coqueteos inofensivos, pero que, con el tiempo, llegó a verlo de forma condescendiente y se sintió profesionalmente disminuida. «Me sentía sólo una falda», dijo.
- Estas acusaciones comenzaron hace unas semanas cuando Lindsey Boylan, quien trabajó de asistente para Cuomo, publicó una carta en la que relató cómo «la intimidación» dentro de su administración era «tan generalizada» que «se toleraba» y «se esperaba».
- También, Charlotte Bennett, quien trabajó como asesora adjunta de Sanidad del Gobierno del estado de Nueva York, y Anna Ruch, que coincidió con Cuomo en un salón de actos, han relatado otra serie de episodios que no dejan en buen lugar al gobernador.
- La fiscal general de Nueva York, Letitia James, informó el pasado domingo de la apertura de una investigación y de que su oficina contratará a un bufete de abogados para supervisarla para garantizar su independencia.
Reprimenda de los demócratas
Este domingo Cuomo firmó un proyecto de ley estatal que retira los poderes de emergencia que le fueron otorgados al comienzo de la pandemia, que le han permitido hasta el momento decidir cosas como la capacidad de los restaurantes y otras medidas de salud pública para hacer frente a la crisis sanitaria.
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Esto supone una acción más que se enmarca dentro de la reprimenda de los demócratas al gobernado, cuya administración también enfrenta investigaciones federales por el presunto encubrimiento de las muertes por COVID-19 en residencias de ancianos.