Donald Trump será el primer presidente en la historia de Estados Unidos en enfrentarse a dos juicios políticos o ‘impeachment’ en el Senado. Antes que él, Andrew Johnson, Richard Nixon y Bill Clinton también se enfrentaron a investigaciones que pudieron poner en peligro su continuidad en la Casa Blanca, sin que por ahora hayan prosperado en ningún caso.
ANDREW JOHNSON Y UN POLÉMICO DESPIDO
La lista se inauguró con Johnson, señalado por cesar en 1867 a su entonces secretario de Guerra, Edward Stanton. La Ley de Titularidad del Cargo estipulaba que el presidente no podía apartar de sus puestos a funcionarios de este nivel sin obtener antes la autorización del Senado.
Johnson dio marcha atrás inicialmente tras la intervención del Congreso, pero en 1868 terminó de apartar a Stanton. Tres días después de este cese, la Cámara de Representantes votó a favor de la apertura de un juicio político contra él, por violar la citada ley y por faltar al respeto al Congreso.
El Senado analizó el caso durante once semanas y terminó absolviendo al mandatario, aunque Johnson sigue siendo a día de hoy el presidente que más cerca ha estado de ser cesado. Treinta y cinco senadores le declararon culpable, a solo uno de los dos tercios necesarios entonces para expulsar al mandatario de la Casa Blanca.
NIXON EVITÓ EL ‘IMPEACHMENT’
Habría que esperar un siglo para que el Congreso volviese a plantearse esta maniobra. En 1972, la detención de cinco personas que habían allanado el hotel Watergate, donde se reunía el Comité Nacional Demócrata, desató un escándalo que culminó dos años más tarde con la salida del poder de Richard Nixon.
Las dudas sobre la vinculación del presidente en esta intromisión y las reticencias del mandatario a entregar información llevaron en julio de 1974 a la Comisión de Justicia de la Cámara de Representantes a concluir que Nixon había obstruido a la Justicia, se había aprovechado de su posición de poder y había cometido desacato al Congreso.
Antes de que el pleno de la Cámara Baja llegase a votar, Nixon tomó la iniciativa y dimitió, el 8 de agosto de 1974, lo que le salvó del segundo paso de este complejo proceso, el que se desarrolla en el Senado y que es propiamente el juicio contra el inquilino de la Casa Blanca.
CLINTON Y SU ‘AFFAIRE’
El siguiente episodio de los ‘impeachment’ llegó en los noventa, de la mano de Bill Clinton, que se vio envuelto en varios escándalos desde principios de 1994. Uno de ellos tenía como protagonista a Paula Jones, que denunció al presidente por acoso sexual.
Clinton alegó entonces que era inmune, pero en 1997 el Tribunal Supremo rechazó el argumento y, en enero del año siguiente, el mandatario declaró bajo juramento que nunca había mantenido relaciones con Monica Lewinsky, una antigua becaria de la Casa Blanca. Sin embargo, se demostró que era falso.
En agosto de 1998, admitió públicamente su ‘affaire’ con Lewinsky y en octubre, poco después de la difusión de unas cintas, la Cámara de Representantes abrió el proceso de ‘impeachment’. En diciembre, la Cámara Baja acusó formalmente a Clinton de cometer perjurio y obstrucción a la Justicia.
Clinton fue juzgado y absuelto por el Senado en febrero de 1999. En el caso del perjurio, solo 45 senadores le declararon culpable, pero el dato aumentó a 50 para el cargo de obstrucción a la injusticia, insuficiente en cualquier caso para cesar al presidente.
EL PRIMER JUICIO DE TRUMP
El juicio contra Trump que arranca este martes en el Senado es el segundo contra el magnate neoyorquino, aunque en esta ocasión lo que se juega no es seguir en la Casa Blanca –abandonó el cargo el 20 de enero– sino una hipotética candidatura electoral futura.
Trump ya salió absuelto en 2020 de un primer proceso de reprobación, por abuso de poder y obstrucción al Congreso. La gota que había colmado el vaso de la paciencia de los demócratas había sido una conversación telefónica con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en el que abogaba abiertamente por investigar a Joe Biden y a su hijo Hunter por unas supuestas prácticas corruptas que nunca se demostraron.
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El pleno de la Cámara de Representes votó el 18 de diciembre la reprobación del mandatario, pero hasta mediados de enero no se enviaron los artículos al Senado. Una semana después arrancaron las sesiones en la Cámara Alta, donde se cumplieron los pronósticos y Trump hizo valer la mayoría republicana para salir absuelto el 5 de febrero.
En el cargo de obstrucción al Congreso, los 53 legisladores republicanos declararon a Trump inocente, pero en el de abuso de poder se produjo un hecho inédito ya que el senador Mitt Romney se desmarcó de la línea de su partido para considerar culpable al mandatario. Su voto, sin embargo, no terminó de inclinar la balanza.