Un tribunal de Birmania ha concedido una solicitud policial para detener a la depuesta líder del país, Aung Sang Suu Kyi, y al presidente, Win Myint, hasta el 15 de febrero por presuntamente importar y usar ilegalmente equipos de comunicaciones, mientras que el Ejército ha liberado a unas 400 personas tras su detención durante el golpe.
El miércoles, la Policía acusó a Suu Kyi de violar la Ley de Exportación e Importación, mientras que Myint acusado bajo la Ley de Gestión de Desastres Naturales, ambos bajo arresto domiciliario desde el golpe de Estado del pasado 1 de febrero.
Supuestamente, la seguridad privada de la vivienda donde permanece en arresto domiciliario la líder tendría en su posesión nueve ‘walkie talkies’. En caso de ser declarada culpable, se arriesga a una pena de hasta tres años de prisión, informa el diario ‘The Irrawaddy’.
Según recoge ‘Myanmar Times‘, la sentencia del tribunal legaliza la detención durante dos semanas más, a la espera de que el recién establecido Gobierno militar consolide su control sobre el país.
Win Myint
Al presidente se le acusa de violar las restricciones impuestas para luchar contra el coronavirus cuando acudió a un acto de campaña, al que, según la Policía, acudieron unas 760 personas, pese al máximo permitido de 50.
Por su parte, el Ejército ha liberado a unas 400 personas, incluidos miembros de la NLD, el partido gobernante y ganador de las elecciones que desencadenaron la insurrección militar, tal y como han confirmado fuentes del movimiento a Kiodo News.
Además, el Gobierno militar ha nombrado a una nueva Comisión Electoral para supervisar las supuestas elecciones que se han comprometido a convocar una vez acabe el estado de emergencia de un año que declararon tras la toma del poder, recoge ‘The Irrawaddy’.
Golpe de Estado
- El golpe tuvo lugar tras las recientes tensiones a raíz de las elecciones generales de noviembre, en las que se impuso de forma aplastante la NLD y tras las que tanto la oposición como el Ejército han denunciado posibles irregularidades, aunque ninguno ha presentado pruebas de este supuesto fraude.
- Las Fuerzas Armadas habían dejado entrever su malestar por estas presuntas irregularidades, incluso sugiriendo la revocación de la Carta Magna días antes de la asonada.
- Finalmente, el lunes con las detenciones de los principales líderes del país y horas antes de que se celebrara la sesión en el Parlamento que confirmara los resultados, el jefe del Ejército, Min Aung Hlaing, se hizo con el poder
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