El FC Barcelona despidió el año 2020, seguramente el peor de esta década, con un nuevo disgusto tras no poder pasar del empate a un gol este martes en el Camp Nou ante la SD Eibar, tras un duelo donde echó de menos a Leo Messi y en el que le faltó fluidez ofensiva para evitar que su rivales puntuase por primera vez en su historia en su feudo.
El ‘annus horribilis’ blaugrana tuvo un final amargo y podría dejar ya a los de Ronald Koeman a diez puntos provisionales del liderato si ganan este miércoles el Atlético de Madrid y el Real Madrid, una distancia ya preocupante y después de un encuentro donde no dio continuidad a las buenas sensaciones ofrecidas en Valladolid.
Sólo la entrada en la segunda parte de Ousmane Dembélé trajo la mejoría necesaria para haber podido sacar los tres puntos de un choque que se complicó aún más por un error de Roland Araújo que permitió a los de José Luis Mendilibar ponerse incluso por delante, y por un penalti fallado en los compases iniciales que le podría haber hecho vivir más ‘tranquilo’.
Y es que le costó al FC Barcelona conectarse al encuentro ante un rival, como siempre atrevido y que le buscó arriba sin miramientos, y más ‘tranquilo’ por la ausencia de Leo Messi. Con Ronald Koeman apostando por los tres centrales, la ausencia del argentino no fue compensada y perjudicó un tanto a un voluntarioso Pedri, que no encontró un nuevo socio, con Griezmann muy errático.
Sin embargo, el panorama podría haberse aclarado para los blaugranas sin Martin Braithwaite hubiera acertado con el penalti sobre Araújo que Alberola Rojas decretó a instancias del VAR. El danés tomó la responsabilidad que suele recaer sobre el ’10’, pero envió su lanzamiento fuera.
A partir de ahí, el Barça no terminó de encontrarse cómodo en el partido y tampoco agobió en exceso a la defensa ‘armera’ ni a Dmitrovic. El Eibar no fue tampoco una gran amenaza sobre Ter Stegen, salvo con un lanzamiento cruzado de Kike García o a balón parado, y el VAR acudió en este caso a su auxilio anulando el 1-0 de Braithwaite antes de la media hora por un fuera de juego milimétrico que echó a perder una buena jugada colectiva entre Pedri y Junior.
Dembelé agita el duelo
El partido discurrió hacia el descanso sin más sustos que un disparo de Griezmann, pero en los vestuarios, Koeman reaccionó y cambió el esquema a defensa de cuatro con la entrada de Dembélé por Dest. El extremo francés agitó algo la ofensiva local que empezó a acercarse más atemorizante a las inmediaciones de Dmitrovic.
De hecho, el ‘Mosquito’ tuvo la mejor para el equipo catalán tras un buen balón de Pedri y que fue el preludio, sin embargo, del 0-1. Dmitrovic tapó bien a Dembélé y poco después, un error de Araújo en la salida de balón le dio al Eibar la ventaja. Kike García le robó el balón al central y batió con calma a Ter Stegen.
Koeman trató de recomponer a los suyos con cambios más ofensivos con la entrada de Coutinho y Trincao por Pjanic y un desacertado Griezmann para buscar un empate que no tardó en llegar con la intervención de ambos en una rápida combinación con un incisivo Junior, que terminó con un pase del lateral que atravesó todo el área para encontrar a un Dembélé que no perdonó para evitar que aparecieran los nervios.
Sin embargo, el empate no tuvo el efecto deseado en el FC Barcelona, cuyo dominio no se tradujo en un aluvión de ocasiones sobre la portería de un Eibar que, pese a que su rival estaba lanzado a por el triunfo, no pudo evitar ir dando pasos atrás y no ser capaz de dar algún susto. Coutinho, que acabó lesionado, y Trincao, tras una buena acción individual, tuvieron las mejores para impedir otro revés en un año para olvidar.