El tenista español Rafa Nadal explicó la exigencia de su carrera y especialmente de su deporte, ya que se «compite cada día» y «la satisfacción dura un tiempo limitado«, «sin miedo» al final de su vida profesional pero «ilusionado» con seguir ganando.
«No he vivido muy rápido. He disfrutado de cada momento. En el deporte hay poco momento para descansar y para dormirte. Cuando uno se despista un momento las cosas cambian y van mal», dijo en una entrevista a ‘Álvarez Café’ de Teledeporte, emitida este viernes.
El campeón de 20 ‘Grand Slams’ repasó los momentos más destacados de una carrera que comenzó con 13 años. «Hay unas circunstancias que te ayudan a tomar un camino«, afirmó, para reconocer que fue «decisivo» que su tío Toni Nadal fuera entrenador del Club de Tenis de Manacor para dedicarse al tenis y no al fútbol.
«Que sin él no hubiera jugado a tenis ya es un porcentaje muy elevado (de mérito de su tío). Él ha sido la persona que ha estado conmigo entrenándome desde el principio y que me ha guiado hasta conseguir los éxitos que empecé a conseguir en 2005. También he tenido a mi padre, a mi madre y el resto de familia», añadió.
Por otro lado, el balear explicó por qué tiene una serie de manías y rutinas en la pista. «Lo del pantalón, desde muy pequeño. Todo lo demás, el tenis tiene una cosa, que es mentalmente exigente. Competimos cada día, la satisfacción te dura un tiempo limitado, y cada vez que juegas puedes ganar o perder», dijo.
«Cada cual encuentra su camino para encontrar la concentración. El mío, el hecho de tener unas rutinas tan marcadas me ayuda a tener la sensación de estar totalmente concentrado», añadió un Nadal que repasó también su inicio en la Copa Davis. El de Manacor hizo de abanderado del equipo que ganó la primera Ensaladera en 2000 y cuatro años después ya ganó la segunda en Sevilla.
«En 2004, hago mi punto, era muy jovencito, un partido que recuerdo de manera especial. Se me atribuyó a mí ese mérito extra por la edad y novedad. Pero el artífice de aquella final fue Carlos Moyà», confesó. El año siguiente sería el de su irrupción total en el mundo del tenis y especialmente en tierra.
«En 2005 fue el año que empiezo a destacar. Cuando llego a Roland Garros y lo gano era muy joven pero era uno de los favoritos y era un candidato. Cuando eres pequeño lo que hemos visto siempre es Roland Garros, fue hacer de un sueño una realidad. El primero tienes el desparpajo, tenía energía de sobra para compensar los nervios. El del 2011 fue muy difícil y diría que el que las condiciones eran más adversas eran este año«, recordó sobre sus 13 títulos en París.
Tras repasar sus éxitos en el los demás ‘grandes’, con mención especial a su primer Wimbledon, y también en los Juegos Olímpicos, Nadal se mostró ilusionado con seguir ganando. «Cuando llegue (el final) llegará, sigo estando con ilusión y sin ningún miedo. Me he enfrentado a muchos problemillas, pero siempre se ha salido adelante. Cuando te lesionas y tienes que volver es duro», terminó.