Ryanair declaró que su pérdida después de impuestos era de 197 millones de euros (229 millones de dólares), frente a un beneficio de 1,150 millones de euros (1,340 millones de dólares) un año antes, según un comunicado.
Sus ingresos cayeron un 78% hasta 1,180 millones de euros (1,373 millones de dólares) “debido a la caída del 80% del tráfico”, agregó la compañía de bajo coste.
La industria aérea es una de las más duramente afectadas por el impacto económico de la pandemia del coronavirus, y muchas compañías luchan para sobrevivir.
Ryanair recuerda que “99% de su flota estuvo inmovilizada de mediados de marzo hasta fines de junio”, y luego se produjo un “regreso eficaz a la actividad el 1 de julio”. La “gran mayoría” de sus ingresos del primer semestre se efectuó en el segundo trimestre.
Pero la segunda oleada de covid-19 ha obligado a los gobiernos de varios países a imponer nuevas restricciones, y esto continuará afectando al sector aéreo.
“Todo el año seguirá siendo extremadamente difícil para Ryanair”, reiteró la compañía en su comunicado, contemplando ya “una mayor pérdida en el segundo semestre”.
La empresa espera, sin embargo, que después de la pandemia, la reducción de gastos implementada permitirá “capitalizar sobre las numerosas ocasiones de crecimiento disponibles, especialmente allí donde las compañías de la competencia redujeron capacidades o quebraron”.