Miles de migrantes hondureños continuaron este viernes su travesía por Guatemala hacia los puestos fronterizos con México en su ruta hacia Estados Unidos, aunque algunos regresaron a su país luego de que el gobierno guatemalteco ordenara su captura y expulsión.
Unos 3,000 hondureños, según las autoridades migratorias guatemaltecas, ingresaron el jueves al país en estampida tras romper un primer cerco militar en la línea fronteriza.
Estado de prevención
Ello llevó al presidente Alejandro Giammattei decretar la noche del jueves un estado de prevención por 15 días en seis departamentos y a ordenar «que sean detenidos (…) todos aquellos (hondureños) que hayan entrado ilegalmente» al país, violando las leyes migratorias y sanitarias contra el covid-19.
Asimismo, afirmó que los detenidos serán entregados a las autoridades hondureñas en la frontera de Corinto, una zona con plantaciones de banano y palma africana.
Pero hasta el momento la policía no había realizado ningún operativo de detención y la mayoría de los migrantes continuaba su recorrido, aunque en forma dispersa, hacia los diferentes pasos fronterizos entre Guatemala y México.
De regreso
Solo unos 300 prefirieron volver, a pie y con sus mochilas cargadas con sus pocas pertenencias. Con semblante cansino por la larga caminata, hicieron fila para registrarse en la aduana de Conrinto (noreste) para regresar a Honduras.
En tanto, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, advirtió que la nueva caravana migrante «se armó» para involucrar a su país en la campaña electoral estadounidense.
«Nos parece muy raro, es muy extraño el que salga esta caravana en víspera de la elección en los Estados Unidos (…) Tiene que ver con la elección en Estados Unidos, no tengo todos los elementos pero creo hay indicios de que esto se armó con este propósito», dijo López Obrador en su habitual conferencia matinal.
Pocas oportunidades
Ángel Martínez, un joven de 19 años, decidió retornar voluntariamente tras el anuncio del Giammattei, pero sobre todo porque se quedó sin dinero para continuar la travesía.
«Lo poco (de dinero) que me quedó me va a servir para regresar a San Pedro Sula porque el trayecto está muy duro, tengo tres días de estar caminando y en Guatemala los policías son unos sinvergüenzas», lamentó.
Aludió así a los sobornos que les exigieron policías guatemaltecos a él y sus amigos para permitirles seguir la ruta, pero se negaron porque era el único dinero que contaban.
Martínez se graduó de bachiller en informática, pero trabajaba como ayudante de bodega en una ferretería, y para mejorar su vida decidió incorporarse a la caravana.
«Tomamos la decisión de regresarnos porque la situación está bien complicada (en) el cruce dentro de la frontera de Guatemala con México», consideró Alexander Aguilera, otro migrante que decidió regresar junto con cinco miembros de su familia.
«El presidente de Guatemala tomó medidas drásticas al cerrar 15 días y un migrante no tiene la capacidad para aguantar todo ese tiempo sin comer», agregó.
Previo a recibir el pase para reingresar a su país, personal médico hondureño toma la temperatura a los retornados.
La travesía continúa
En tanto, un migrante que se identificó como Carlos restó importancia a la decisión del Giammattei y aseguró que continuará la marcha junto a miles de sus compatriotas que avanzan rumbo a México.
«Pase lo que pase, vamos a seguir adelante», expresó con voz desafiante.
«Salí de Honduras porque la situación está mala, no hay trabajo, dicen que lo iban a ayudar a uno, que uno no saliera (…), pero es más hambre lo que se aguanta», agregó Carlos, quien no dio a conocer dar su apellido.
Así como Carlos, cientos de hondureños se mantienen firmes en su trayectoria hacia Estados Unidos.
La mayoría viaja a pie a un costado de la carretera, mientras otros mas osados se suben a camiones sin medidas de protección, exponiendo su vida.
El jueves, poco después de ingresar a Guatemala, un migrante murió al caer accidentalmente de un camión en marcha, siendo por el momento la única víctima mortal registrada.
Sin control
Los migrantes hondureños entraron a Guatemala en estampida, rompiendo una barrera militar, sin que personal sanitario les pudiera realizar pruebas de covid-19 ni tomarles la temperatura.
Las autoridades de salud guatemaltecas dieron entonces la voz de alarma por el peligro de contagio.
Giammattei argumentó que la ordenó detener a los migrantes obedece a que la caravana se realiza «en medio de la actual emergencia sanitaria».
«No solo se irrespetaron los protocolos para el ingreso al país sino también los protocolos de salud establecidos para la protección de nuestros ciudadanos», aseveró.
La caravana de migrantes hondureños partió dos semanas después de que Guatemala abriera sus fronteras terrestres, aéreas y marítimas tras mantenerlas cerradas por seis meses para evitar la propagación del nuevo coronavirus.
Hasta este jueves, el ministerio de Salud guatemalteco contabilizaba 923,409 casos y 3,261 muertos por covid-19.