El París Saint-Germain conquistó la decimotercera Copa de Francia de su historia con un gol de Neymar para ganar 1-0 al Saint-Etienne, que jugó gran parte del partido con un hombre menos, este viernes en Saint-Denis, donde Kylian Mbappé fue cambiado por lesión a la media hora.
La salida del campo de Mbappé, cojeando y con dolor en el tobillo derecho, fue la imagen negativa del día para el PSG. El capitán de los ‘Verts’, Loïc Perrin, fue expulsado por esa acción en el minuto 31.
Para entonces, el PSG ya se había adelantado en el marcador por medio de Neymar (minuto 14) y ese tanto fue el único de la noche en el Stade de France (periferia de París).
«Está claro que podemos controlar mejor los partidos, pero las condiciones eran difíciles. Hay cosas para analizar, pero hemos ganado», estimó el técnico alemán del PSG, Thomas Tuchel.
Doblete
Con este título, el París Saint-Germain logró el ‘doblete’ de los principales títulos nacionales, ya que en abril fue designado campeón de la Ligue 1 francesa, terminada de manera anticipada por la pandemia del nuevo coronavirus.
A ello suma el Trofeo de Campeones (Supercopa de Francia), que logró en agosto ante el Rennes, y podría añadir la Copa de la Liga el próximo viernes, cuando disputará la final ante el Lyon. Todo ello con la ‘Final 8’ de la Liga de Campeones de fondo, donde el PSG buscará el título europeo el próximo mes en Lisboa.
En el palmarés de la ‘Coupe’ francesa, el conjunto parisino amplía su ventaja en cabeza y suma 13 títulos, distanciándose del segundo, el Marsella (10).
En las seis últimas ediciones del torneo, el París Saint-Germain ha sido campeón en cinco, en todas salvo la que perdió el año pasado en la tanda de penales de la final contra el Rennes.
Falta de efectividad
En la final de este viernes, el Saint-Etienne empezó precisamente sin complejos y el gabonés Denis Bouanga (5) envió al palo de la portería defendida por el costarricense Keylor Navas.
El PSG apagó pronto el incendio y en el 14 Mbappé envió un disparo que repelió el arquero, pero el rechace fue a las botas de Neymar, que envió un potente tiro que dio en el larguero antes de entrar en la portería rival, para abrir el marcador.
En el 25 llegó la jugada clave del partido.
Una fuerte entrada de Perrin sobre Mbappé provocó un enfrentamiento entre jugadores de ambos equipos y una lluvia de tarjetas amarillas.
Tras revisar la jugada en video, el árbitro expulsó a Perrin (minuto 31) y Mbappé, lesionado, tuvo que ser cambiado por su compañero español Pablo Sarabia.
En la segunda mitad, con superioridad numérica, el PSG fue mejor pero sin efectividad.
Se anuló, en el minuto 50, un tanto al argentino Mauro Icardi.
Pero en el 58 su compatriota Ángel Di María envió un tiro fuera, rozando el palo, y en el 59 el también argentino Leandro Paredes disparó desde fuera del área y obligó a una gran intervención del arquero.
Sarabia, clave esta temporada para el PSG en la Copa de Francia, falló en un cara a cara ante el arquero rival en el 73.
Público muy reducido
En la otra portería, Keylor Navas controlaba las puntuales ocasiones de peligro del Saint-Etienne, que buscó el empate hasta el último suspiro, aunque sin éxito.
«Hicimos un gran partido, todo el mundo aportó», se consoló el entrenador del Saint-Etienne, Claude Puel.
La final de este viernes fue el primer partido oficial en Francia desde el 10 de marzo, cuando la pandemia detuvo el deporte por completo.
Fue además el primer partido en los cinco grandes países del fútbol europeo en jugarse con un sector del público autorizado.
Por las restricciones legales vigentes hubo menos de 5,000 espectadores, una cifra en cualquier caso muy reducida en un estadio que en anteriores finales de Copa acogió entre 75,000 y 80,000 espectadores.
A la final asistió el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, que antes del partido bajó al césped a saludar sin contacto físico a los jugadores y charlar brevemente con ellos.