Por Carlos Raúl Kestler
Carlos Sandoval dejó el 15 de junio su cargo como secretario de Comunicación Social de la Presidencia para asumir como nuevo viceministro de Deporte y Recreación del Ministerio de Cultura, en sustitución de Bernardo de Jesús Díaz Mejía.
Sandoval aseguró que no fue removido y que tampoco renunció, sino que el presidente Alejandro Giammattei lo “promovió” al ministerio. “Me ha encomendado esa enorme tarea y he aceptado sabiendo el compromiso que eso implica y la responsabilidad que acepto”, escribió en un comunicado difundido en las redes sociales.
Críticas
Pero en su breve paso por el cargo, no le fue bien al Secretario y vocero presidencial. En marzo, elPeriódicoi reveló que Gustavo Adolfo Herrera Acevedo, prófugo por un caso de corrupción en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), donó un elevador a la Casa Presidencial para uso personal de Giammattei.
Los periodistas presentaron el convenio firmado entre la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad de la Presidencia (SAAS) y la empresa donante, Corporación GAP. Sandoval negó conocer el nombre de la compañía en la investigación, lo que suscitó críticas hacia la honestidad de su gestión.
El 28 de abril, la bancada de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) lo citó al Congreso para cuestionarle sobre Poll Anria y Kiff Nava, los asesores extranjeros que manejan la comunicación del gobierno de Giammattei. En ese momento, Sandoval explicó que eran “amigos” del presidente, pero negó que trabajaran para la entidad que él dirigía.
Los legisladores también lo señalaron de falta de transparencia para compartir información con periodistas.
Gestión deficiente
De acuerdo con Renzo Rosal, analista político, el cargo de viceministro es un “premio de consolación” para Sandoval ante su gestión “deficiente” en el gobierno.
“Nunca tuvo las capacidades y formación para ser secretario ni viceministro, no sabe de comunicación estratégica y política. Los asesores del presidente seguramente influyeron para forzar su salida, quizás le pidieron cosas para las que no estaba preparado”, dijo.
“Él no tiene perfil de comunicador, sino de un vocero a secas. Y lo trasladaron a una cartera de tercera importancia que sirve, como lo ha sido en los últimos tres gobiernos, como desagüe”, agregó el experto.
Sandoval se defiende
El hoy viceministro Deporte y Recreación discrepa de quienes dudan de su trabajo y sostiene que reúne “todos los requisitos” para desempeñar un puesto público.
“Cumplo con lo que pide la Constitución: ser guatemalteco, gozar de mis derechos ciudadanos y tener más de 30 años. Me suena más a envidia, porque incluso en mi gestión como secretario mejoramos la comunicación. Basémonos en los datos. Por ejemplo, di más de 1,107 declaraciones a la prensa. Eso es apertura”, menciona.
Víctor Valenzuela, subsecretario de Comunicación de la Presidencia, fungirá como titular en funciones hasta que se designe al nuevo jefe de la dependencia.
Pénsum cerrado
Sandoval es bachiller con especialidad en publicidad y tiene el pénsum cerrado de una licenciatura en Comunicación por la Universidad Galileo. En 1999, fundó el grupo musical Karma.
Comenzó su carrera pública en el 2010 como vocero de la Municipalidad de Guatemala, durante la gestión del exalcalde Álvaro Arzú, fallecido en 2018.
Ese mismo año fue denunciado por la Contraloría General de Cuentas (CGC) por laborar como director de Comunicación Social de la comuna y también brindar asesorías al Departamento de Relaciones Públicas de los Bomberos Municipales.
El Ministerio Público (MP), no obstante, desestimó la denuncia por falta de soporte legal para imputar algún delito en contra del entonces portavoz.
Además de ser el comunicador de la comuna, Sandoval también integraba las juntas directivas municipales de la Empresa Municipal de Transporte de la Ciudad de Guatemala y sus Áreas de Influencia Urbana (EMT), la Empresa Municipal de Agua (Empagua) y la Entidad Metropolitana Reguladora de Transporte y Tránsito del Municipio de Guatemala y sus Áreas de Influencia Urbana (EMETRA).
En el 2019, su salario como vocero era de 21 mil 050 quetzales mensuales, y recibía dietas de 980 quetzales o 1 mil 200 quetzales en cada reunión a la que asistía de cada junta. Analistas y usuarios en redes sociales cuestionaron si reunía la experiencia para tener cuatro fuentes de ingreso.
Ese año, dejó la vocería municipal para postularse como diputado al Congreso de la República por el Partido Unionista, en la segunda casilla del distrito central.
Aunque no ganó la curul, en septiembre fue designado por Alejandro Giammattei, entonces presidente electo, como secretario de Comunicación Social de la Presidencia. Asumió el puesto el 14 de enero de 2020.